La mera visión de tener que vivir en adelante pendientes del nivel de glucosa en sangre, las pruebas médicas y de tener que pinchar insulina, son un reto que pone a prueba nuestro ánimo y que puede hacer tambalear nuestras emociones. Sin embargo, los especialistas coinciden en que hay que dejar fluir cierta etapa de frustración. Inevitablemente no es una noticia positiva, y si nuestras emociones negativas necesitan aflorar, no es beneficioso reprimirlas en exceso.