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El huevo

Es uno de los alimentos estrella ya que es rico en proteínas y en minerales. Puedes obtener en cada huevo hierro, potasio, azufre y fósforo, lo que le convierte en un esencial de la dieta otoñal. Escalfados, al horno o en tortilla, puedes incluirlos en cualquier comida del día, desde el desayuno a la cena. Revueltos con setas, son un must otoñal.

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Avellanas

El fruto seco por excelencia del otoño: aportan magnesio, potasio y fósforo y contienen grandes cantidades de vitamina E antioxidante. Solo necesitas un puñado para cubrir el 60% de la cantidad diaria recomendada de esta vitamina. Al igual que el resto de frutos secos, es un excelente aperitivo, pero también puedes tomarlas tostadas en ensaladas o acompañando un plato de verduras a la plancha.

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Legumbres

No deberían desaparecer de nuestra dieta en ninguna época del año, pero es habitual dejarlas algo de lado durante los meses de calor. Ahora es el momento de que los platos de cuchara vuelvan a cobrar protagonismo y las legumbres retomen su presencia en la mesa. Alubias, garbanzos y lentejas son un excelente fuente de proteínas de origen vegetal, y aportan potasio, magnesio, fósforo, hierro y zinc, además de vitaminas del grupo B, y vitamina E.

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Setas

Son la representación gastronómica del otoño. Bajas en calorías y ricas en valor nutricional. Ricas en fibra, entre los minerales que aportan destacan el fósforo, el potasio y el yodo. También son fuente de vitaminas del grupo B, especialmente B2 y B3. Salteadas a la plancha, en revuelto o en estofado puedes disfrutar de ellas en esta nueva estación.

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