Cuando realizamos ejercicio físico se pone en marcha la percepción que nuestro propio cerebro tiene de cada una de nuestras articulaciones. Esto es muy importante, porque si descuidamos nuestra posición podríamos lesionarnos. A la capacidad que tiene el cerebro de maniobrar con nuestro cuerpo, coordinando todas las posiciones de forma automática y conociendo nuestra postura exacta aun con los ojos cerrados, se le llama “propiocepción”, y es una pieza clave del ejercicio físico.