Ser impuntual de forma ocasional es algo que nos pasa a todos y no tiene mayor importancia. Pero si lo tuyo es una constante, llegas tarde a todos lados y ya te has ganado fama de tardona, hay que buscar una solución. Normalmente se trata de una mala gestión del tiempo, pero puede tratarse de una falta de empatía con los demás, o ser el síntoma de un malestar encubierto. En cualquier caso, ser impuntual no está bien visto socialmente y hay que evitarlo en la medida de lo posible. Puede que te identifiques con las posibilidades que te planteamos a continuación. En ese caso, ponte manos a la obra para convertirte en esa persona puntual que, en el fondo, estás deseando ser.