Cuando llegas a la edad adulta, hacer muchas cosas durante el día es lo normal. Y si tienes hijos, las cosas por hacer se multiplican. Así, probablemente, cuando sales de casa a primera hora de la mañana, ya has hecho muchas más cosas de las que habrías imaginado que harías cuando en tu infancia soñabas con ser mayor. Porque, además, cada vez tendemos a asumir más responsabilidades y pensamos que el tiempo libre es cosa vagos.