Llega el verano, y lo que más apetece es coger esas ansiadas vacaciones que tanto se necesitan. Sin embargo, una vez que llegan, parece que no somos del todo capaces de desconectar del trabajo y descansar como es debido. Si no se tienen días de vacaciones, o los que se tienen no suponen verdaderamente un cambio respecto del periodo anterior, el organismo no descansa, no marca un límite psicológico entre un antes y un después.