Por mucho que nos empeñemos en mantener una alimentación sana y equilibrada, hay momentos en los que el estrés y la ansiedad nos impiden cumplir con nuestros buenos propósitos. Es entonces cuando nos lanzamos, sin aparente remedio, a comer alimentos ricos en grasas y azúcares, o picamos más entre horas sin importar cuánto tiempo ha pasado desde la última comida. Otras veces sentimos esta necesidad de comer de forma automática porque nuestra alimentación es insuficiente o inadecuada, o porque pasamos demasiadas horas sin comer. Sea cual sea tu caso, puedes evitar la ansiedad por la comida (y sentirte mal a raíz de ello) si sigues unos sencillos consejos.