En el mundo en el que vivimos, nos encontramos cada día ante situaciones impredecibles que pueden afectar a nuestra estabilidad emocional. Ante estos problemas que se nos presentan podemos tomar dos actitudes diferentes: darnos por vencidos ante la adversidad, o superarla y aprender de ella. Una persona resiliente optaría por la segunda actitud. Y es que la resiliencia se define como la capacidad de hacer frente a estas situaciones adversas y, además, salir fortalecidos.