¿Cuántas veces te han dicho tus padres que no te puedes meter en el mar o en la piscina justo después de comer? Pues bien, la ciencia le da la razón a los desobedientes. El "sagrado" consejo de permanecer dos horas sin tener contacto con el agua justo después de comer no solo no tiene ninguna base científica, sino que puede generar más daño que beneficio