¿Qué es una suboclusión intestinal como la que ha sufrido María Teresa Campos?
La suboclusión intestinal es una afección del aparato digestivo que provoca una obstrucción que dificulta la expulsión de heces. A pesar de que en general se resuelve sola, en ocasiones puede ser necesaria la intervención médica o, incluso, la cirugía.
Probablemente, ya habrás escuchado que la presentadora María Teresa Campos ha sido intervenida por una suboclusión intestinal. Se trata de un problema que afecta al aparato digestivo y que provoca una oclusión parcial del intestino. Se manifiesta por la dificultad para expulsar las heces y gases durante unas horas o días. Esto provoca distensión abdominal, dolor, náuseas y vómitos. La suboclusión intestinal suele preceder a la oclusión, que consiste en la obstrucción total del intestino. A priori, no es una patología grave, pero sí es un motivo de urgencia puesto que, si no se resuelve solo, requiere la intervención médica o cirugía. Te explicamos cuáles son las causas de la suboclusión intestinal, cómo se trata y cuál es su pronóstico.
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¿Qué causa la suboclusión intestinal?
"En el 70 u 80 por ciento de los casos, la suboclusión intestinal, que es obstrucción parcial del intestino, se debe a la presencia de adherencias. Estas se producen debido a una cirugía previa, generalmente, abdominal o pélvica. Tras ella se genera una cicatriz, un tejido fibroso, rígido e inelástico. Esto limita la movilidad del intestino y puede llegar a obstruirlo", explica el doctor José Javier Varo Cenarruzabeitia, director del Servicio de Urgencias de la Clínica Universidad de Navarra
Lo normal es que este problema acabe solucionándose de forma espontánea. Si no es así, puede necesitar tratamiento médico como aspiración nasogástrica, dieta absoluta y fluidoterapia. Si aún así el paciente no mejora, será necesario recurrir a una intervención quirúrgica. "Esta consiste en la resección (extirpación) de la adherencia que impide el paso de las heces", explica el doctor Rafael Castejón, cirujano de Aparato Digestivo, de la Clínica Santa Elena, en Madrid, y miembro de Topdoctors.
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¿Qué otras causas pueden provocar la suboclusión?
Otras causas de una suboclusión intestinal podrían ser una hernia (partes del intestino que se introducen en otra parte del cuerpo); enfermedades intestinales inflamatorias como la enfermedad de Crohn; diverticulitis que son pequeñas protuberancias del tubo digestivo que se inflaman o se infectan, o torsión del colon. "El cáncer de colon también podría ocasionarlo, sin embargo, es menos frecuente", matiza el doctor Varo.
¿Qué pasa si no se trata?
Una suboclusión intestinal no tratada podría causar complicaciones graves. Por ejemplo, puede cortar el suministro de sangre al intestino y producirse la muerte de la pared intestinal. Esto aumentaría el riesgo de infección o peritonitis, que es el término médico por el que se conoce la infección producida en la cavidad abdominal, proceso requiere intervención médica inmediata.
¿Es lo mismo que el íleo paralítico o la psedooclusión?
No. El íleo paralítico es una parálisis del ritmo intestinal normal y que impide la movilización de las heces, gases, etc. Puede producirse tras una cirugía abdominal o por medicamentos. "No hay una obstrucción mecánica, simplemente, se ha paralizado y no se mueve el contenido intestinal", aclara el doctor José Javier Varo, de la Clínica Universidad de Navarra.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de este problema es sencillo. En principio se realiza una radiografía abdominal para confirmar si hay una obstrucción. Posteriormente, se practica un TAC (Tomografía Axial Computarizada) para localizar dónde está la adherencia o el problema que provoca la obstrucción. "En general, y siempre que sea posible, este tipo de problemas se intervienen por laparoscopia, en vez de cirugía abierta. Para ello necesitamos que el diagnóstico sea muy preciso, por eso empleamos técnicas de diagnóstico por imagen como el TAC", explica el doctor Rafael Castejón.
¿Es bueno el pronóstico?
Normalmente, sí. "Aunque también depende del estado del paciente, de su edad y de patologías anteriores, así como de la causa que ha provocado la intervención quirúrgica, por ejemplo, si ha habido una isquemia (falta de riego sanguíneo) o una perforación. Pero normalmente, la recuperación es rápida y positiva", señala el doctor José Javier Varo.
"También influye el tiempo que pasa desde que el paciente presenta los primeros síntomas clínicos hasta que acude al médico y se interviene", añade el Rafael Castejón, de la Clínica Santa Elena. De ahí que sea importante que cuando se experimenta un dolor abdominal, náuseas y vómitos sin ningún motivo aparente, se acuda al médico o a urgencias para una valoración.