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Intolerancias, alergias... hay muchos factores que podrían hacerte dudar sobre la conveniencia de incluir o no la leche en tu dieta, sobre todo si ya has tenido algún problema con la digestión de este alimento. Pero se trata de un producto que está lleno de beneficios, y no hay motivo para que renuncies a ellos, siempre y cuando sepas cuál es el tipo de leche que más te conviene.
Existe una leche para cada tipo de persona. Si sufres alergia a la proteína de la leche de vaca, deberás optar por la leche de cabra. Pero si lo que tienes es intolerancia a la lactosa, existen leches sin lactosa que te permiten seguir disfrutando del sabor y las propiedades de esta bebida, como Puleva Mañanas Ligeras.
Y es que renunciar a la leche es renunciar a un alto contenido de nutrientes, ya que su composición es muy equilibrada, con proteínas de alta calidad, lípidos, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, especialmente calcio y fósforo. Es vehículo de nutrientes fundamentales para la salud y buen desarrollo de los niños, que deben consumir en torno a medio litro diario, además de ser una forma perfecta de tomar y absorber calcio y alcanzar las ingestas recomendadas de hierro.
Varios estudios han demostrado que hasta un tercio de la población española en diferentes etapas de la vida tiene problemas para digerir la lactosa... y no lo sabe. Comprueba si perteneces a este grupo y ponle remedio adecuando el tipo de leche que consumes.
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