El consumo de carne roja y sus efectos sobre la salud
En la sociedad actual, el consumo de carne ha aumentado considerablemente gracias a una mayor accesibilidad y aumento del nivel adquisitivo. De hecho, cada vez más, la población consume mayor cantidad alimentos proteicos y está reduciendo el consumo de féculas como la pasta y arroz -algo que no es del todo ideal-.
Lo primero, vamos a ver a qué llamamos carnes rojas, porque no todos sabemos diferenciarlas de las blancas. Podemos decir que la carne roja es la procedente de animales como la vaca, caballo, toro o la procedente de animales de caza como el jabalí, venado, faisán, pichón, perdiz y codorniz. Por otro lado, dentro del grupo de las carnes blancas encontramos aves, pollo y pavo.
Sus beneficios...
A nivel nutricional, la carne roja es un alimento principalmente proteico, rico en minerales como hierro y zinc y vitaminas como la B12.
Para deportistas, la carne roja es muy necesaria por dos motivos: por su contenido en hierro, mineral imprescindible para evitar la fatiga, y por su contenido en proteínas, ya que la carne contiene todo tipo de aminoácidos que facilitan la recuperación del músculo después del ejercicio y que no todos los alimentos los contienen.
... Y desventajas
La parte negativa de la carne roja es su contenido en purinas (puede dar lugar a la gota y cálculos en los riñones y en las vías urinarias). También contiene colesterol y grasas saturadas, las cuales son malas para la salud, dando lugar a muchas enfermedades. En el caso de los deportistas, gracias al ejercicio, consiguen quemar estas grasas por lo que no es tan perjudicial.
Por lo tanto la carne roja se debe consumir, pero no en exceso porque, aunque se ingiera en poca cantidad, podemos lograr una nutrición completa. Lo ideal sería dos o tres veces por semana.
Fuera de su valor nutricional, otro problema de la carne roja son las sustancias tóxicas que aporta a nuestro organismo; provenientes de la ganadería intensiva. Me refiero a los antibióticos, hormonas para el engorde, metales pesados procedentes de piensos, etcétera, que se suministran a los animales durante su vida.
Muchos de los tóxicos están prohibidos pero, a veces, a pesar de los controles de calidad, se venden carnes adulteradas. Os recomiendo evitar la carne envasada y la que está en oferta ya que, normalmente, es de peor calidad. También las vísceras porque en ellas se suelen acumular los metales más pesados como, por ejemplo, el cadmio, que se encuentra en el pienso.
Igualmente conviene evitar los derivados cárnicos porque para su elaboración se suele utilizar la carne más grasa, sangre, tendones y todo lo que no se suele vender normalmente. Además, contiene muchos aditivos.
¿Qué nos ocurre si abusamos de la carne roja?
Las enfermedades que asociamos al consumo excesivo de carne son la arterioesclerosis, cáncer, hipertensión, obesidad, trastorno del metabolismo de las grasas, diabetes y reuma.