Para empezar a hablar de azúcar, lo primero que tenemos que hacer es especificar el tipo de azúcar del que estamos hablando. Supongo que todos al leer azúcar os imagináis el azúcar blanco de mesa, y es precisamente del que quiero hablar, pero sí me gustaría diferenciaros los tipos de azúcares que existen en la dieta para aclarar cuáles son más saludables.
Tenemos los azúcares complejos o hidratos de carbono complejos, que son los que se encuentran en la pasta, arroz, legumbres y patata (los cuales debemos introducir en la dieta en un 90 %). Sin embargo, tenemos también los azúcares simples (pastelería, bollería, etcétera) que no debería representar más del 10% en nuestra dieta, algo que muy pocas personas consiguen.
Quería diferenciarlos porque así entendéis que, por ejemplo, cuando un deportista se le dice que necesita azúcar, nos estamos refiriendo al consumo de pasta, arroz, patata...; ya que este azúcar mantiene los niveles de glucemia constantes. Sin embargo, los azúcares simples están bien para un ejercicio de poca duración ya que aporta energía en el momento. Para un ejercicio de larga duración, lo único que puede provocar es una pájara, por lo que siempre se recomienda el llevar unos buenos depósitos de hidratos de carbono complejos.
Volviendo a los azúcares simples, no tengo muchas cosas buenas que decir y el problema es que cada vez se consume más, y lo que es peor, sin darnos cuenta. No solo tenemos que contar con la típica cucharada de azúcar blanco que echamos al café, si nos ponemos a leer las etiquetas de los alimentos procesados, podemos encontrar de una forma u otra, grandes cantidades de esta sustancia en alimentos como por ejemplo: bebidas carbonatadas, zumos artificiales, caldos de verduras, cereales, pan industrial…
Entonces ¿cuánta cantidad de azúcar deberíamos consumir?
Pues bien, os diría que lo ideal sería entre 5 y 6 cucharadas máximo, pero, como podéis comprobar, es imposible contabilizarlo si ingerimos además alimentos procesados. Un gran problema en nuestra sociedad, es la cantidad de refrescos azucarados que tomamos, hasta el punto de sustituir el agua por estos, cuando ni mucho menos cumple con su función.
El hecho de haber aumentado significativamente el consumo de azúcar en nuestra alimentación de una forma u otra, está haciendo mucho daño en la sociedad, provocando multitud de enfermedades -entre ellas la diabetes, que se ha duplicado en los últimos años y se espera un aumento alarmante en un futuro-.
También se le atribuye al consumo excesivo de azúcar la descalcificación de los huesos; ya que reduce la cantidad de calcio en nuestro organismo. Pero también problemas cardíacos, obesidad e insuficiencia renal, caries y, puede provocar la aparición de parásitos y hongos en los intestinos y alterar la flora intestinal.
Por todo esto, lo que os recomiendo es que conscientemente toméis la menor cantidad posible de azúcar, sustituyéndolo por edulcorantes, para compensar con el azúcar que tomamos en alimentos procesados y así conseguir la cantidad recomendada. Y, por supuesto, ¡realizar ejercicio!; de esta manera quemaremos el azúcar y no será tan perjudicial para nuestra salud e, incluso, podemos aumentar su consumo.