Estés o no de vacaciones, puedes aprovechar para disfrutar de los días de verano. Una época en la que, dicho sea de paso, descuidamos aspectos como nuestra alimentación o hacemos menos deporte. ¡Error! Se puede intentar seguir una serie de hábitos para que el verano sea lo más saludable posible. “En vacaciones, rompemos la rutina a la que nuestro organismo está habituado. Practicamos nuevas actividades, nos exponemos de una manera mucho más intensa a agentes naturales como el agua o el sol y, si viajamos a destinos lejanos o exóticos, nuestro cuerpo ha de adaptarse en un tiempo récord a las condiciones ambientales, husos horarios y gastronomía del lugar. Esto no siempre es fácil”, afirma la doctora Aurora Garre, asesora médica de Laboratorios Cinfa. Con su ayuda y la del doctor Oscar Junco, especialista en cirugía plástica y estética vamos a resumirte una serie de consejos para reforzar tu salud aprovechando estos meses de calor y, para muchos, de las vacaciones. Y es que “relajarnos en vacaciones no quiere decir relajarnos en el cuidado de nuestra salud”, explica la doctora Garre.
1. Ojo con el sol. Para ello, usa siempre factor de protección solar (aplícalo 30 minutos antes de la exposición solar y renuévalo cada dos horas), recuerda no exponerte en las horas de máxima irradiación solar (12-16) y hazlo siempre de forma progresiva. Utiliza siempre sombreros, gorras y gafas de sol que, aparte de dar un look más sofisticado a tu vestimenta, serán tus grandes aliados frente al sol.
2. Evita golpes de calor. Trata de evitar los lugares calurosos y excesivamente húmedos, y sobre todo, los cambios bruscos de temperatura, no debes salir de un local climatizado para exponerte directamente al sol. Ten en cuenta que si vas a utilizar un vehículo y este ha estado expuesto al sol, has de ventilarlo bien antes de entrar en él bajando las ventanillas o encendiendo el climatizador.
3. Mantente hidratado. Con el calor, nuestro cuerpo aumenta la transpiración con la finalidad de mantener nuestra temperatura corporal lo más estable posible, con este mecanismo eliminamos mucha cantidad de agua, así que deberíamos hidratarnos bebiendo agua durante el día. Las bebidas alcohólicas no son un gran aliado en las épocas veraniegas, ya que contribuyen a la deshidratación, pero pueden ser sustituidas por unas refrigerantes bebidas isotónicas que nos mantendrán hidratados y en un equilibrio iónico.
4. Cuida tu alimentación. Las comidas copiosas no son aconsejables en verano, ya que su digestión aún será más lenta, así que conviene diversificar las diferentes tomas del día con frutas y verduras para una digestión más ligera. No hay que olvidar lavar bien los alimentos y las manos antes de cualquier manipulación, evitar siempre los alimentos expuestos a la intemperie, así como alimentos con huevo o agua no potable, para rehuir de cualquier posible intoxicación. El estreñimiento es un compañero habitual de viaje. Si bien en las vacaciones tendemos a relajarnos en nuestra dieta, debemos esforzarnos por continuar consumiendo alimentos ricos en fibra, que favorezcan el tránsito intestinal.
5. ¿Y los cortes de digestión? Hay que mantener un tiempo prudencial desde la ingesta de alimento hasta la incorporación al baño, ya que debemos evitar los cambios de temperatura durante la digestión, sobre todo tras una comida abundante, así que tras la espera nunca debemos entrar directamente al agua mediante un chapuzón, sino una incorporación lenta y progresiva.
6. ¿Qué hacer frente al jet-lag? Tras un vuelo de larga distancia, nuestro reloj interno tiende a prevalecer frente a los husos horarios de nuestro destino. Para evitar la somnolencia y el insomnio, es recomendable dormir lo máximo posible durante el vuelo si se llega temprano al lugar de destino y, en caso de llegar por la noche, acostarse lo antes posible. Posteriormente, debemos intentar establecer un horario de sueño regular.
7. Las temidas picaduras de insectos. En estos meses son más abundantes los insectos y con ello sus picaduras, así que conviene usar repelentes y mosquiteras en las ventanas de casa. También debemos esquivar zonas de escombros, donde haya olores fuertes, así como el uso de una vestimenta excesivamente coloreada y perfumes fuertes para evitar la atracción de los insectos.
8. ¿Y los oídos? Con tantos chapuzones y zambullidos son frecuentes las otitis en esta época, así que la mejor manera de prevenirlas es evitando la manipulación del conducto auditivo con los bastoncillos de algodón y otros utensilios que puedan dañar la piel de la zona, de modo que sea más favorable la infección. La mejor manera de limpiarse los oídos es con soluciones salinas en spray.
9. Presta atención a tus pies. Sobre todo cuando se hace turismo, es necesario utilizar un calzado flexible y de anchura adecuada a nuestros pies, a fin de prevenir la aparición de rozaduras, callos o ampollas. Han de buscarse zapatos con planta acolchada o, en su defecto, utilizar una almohadilla plantar. También es fundamental secar e hidratar bien los pies, y en piscinas o zonas comunes, utilizar escarpines o chanclas para evitar el desarrollo de hongos, una infección frecuente en verano.
10. Intenta no permanecer con el bañador húmedo. La humedad en la ropa tras el baño favorece el crecimiento de las bacterias que provocan la cistitis o infección del tracto urinario, por lo que debemos ponernos ropa seca cuanto antes.
11. Cuida tus ojos. La radiación solar directa en la vista puede alterar nuestra visión. Por eso es fundamental usar gafas de sol que nos protejan de la radiación ultravioleta (asegúrate de que están autorizadas por la CE).
12. ¡En forma! Practicar deporte al aire libre es agradable en verano, ya que los días son más largos y soleados, y es una forma muy saludable de mantenerte en forma, pero hay que ir con cuidado y no practicarlo en las horas de máximo calor. Una buena alternativa son los deportes acuáticos que en otras épocas del año no podemos realizar.
13. Evitar la ropa ceñida y mover las piernas con frecuencia. Para evitar la sensación de piernas cansadas y la retención de líquidos, son convenientes las prendas holgadas que favorezcan la circulación. Si hacemos viajes largos en coche o avión, procura mover frecuentemente pies y piernas, paseando si es posible, o realizando giros de tobillos.
14. En guardia contra las enfermedades tropicales. Si viajamos a destinos exóticos, conviene acudir con un par de meses de antelación al Centro de Vacunación Internacional de nuestra ciudad para informarnos acerca de las vacunas o precauciones necesarias en la zona. Es importante cumplir rigurosamente el calendario de vacunación que nos indique el especialista.
15. Prepara un botiquín de viaje. Antes de salir de viaje, no olvides preparar un botiquín. El agua oxigenada, desinfectantes cutáneos, las gasas esterilizadas y el esparadrapo nos permitirán limpiar y curar de manera rápida una herida. Los analgésicos, antigripales, antidiarreicos y antihistamínicos también pueden resultar muy útiles, al igual que las pastillas contra el mareo. Además, si padecemos alguna enfermedad crónica, es importantísimo no olvidar llevar nuestra medicación habitual todo el tiempo que estemos fuera de casa.