No permitas que la lavadora te estropee la siesta

Ese reparador sueño de después de comer supone tantos beneficios que debería ser obligatorio. Eso sí, has de conseguir un nivel óptimo de silencio y con Bosch, poner la lavadora mientras duermes la siesta ya no será un inconveniente

por hola.com
El pasado mes de febrero, el periódico New York Times, publicaba un artículo sobre esa costumbre tan española de dormir la siesta. Y lo hacía con cierto sarcasmo y sentido de la crítica. Porque se suele entender como una costumbre propia de vagos y trabajadores poco productivos.
Nada más alejado de la realidad. Numerosos estudios e informes aseguran que una siesta de hasta 30 minutos supone un montón de beneficios para quien se puede permitir el lujo. Porque esa es la cuestión. Con los extensos horarios de trabajo que solemos tener, la posibilidad de la siesta queda reducida a unos pocos privilegiados, al menos sí entre semana.



Pero por suerte contamos con los fines de semana y, en muchas ocasiones, con los viernes por la tarde. Así que no permitas que una supuesta mala conciencia te impida descansar ese ratito que hace milagros. Ahí va uno de esos milagros: aumenta las facultades cognitivas aproximadamente en un 40%. Y no lo decimos nosotros, sino un estudio realizado por investigadores de la Nasa. En efecto, parece demostrado que este sencillo placer vespertino aporta relajación y reduce el estrés en quien lo practica. Pero además, mejora la memoria y aumenta la capacidad de aprendizaje, porque se protege el uso excesivo de los circuitos neuronales hasta que el cerebro consolida lo aprendido. Por eso, suele recomendarse para universitarios.

Aunque visto lo visto, cualquiera puede —casi habría que apuntar que debe— verse beneficiado por un leve sueño tras la comida. Claro que es importante que se reúnan las condiciones adecuadas: es esencial que haya silencio. El ruido causa un impacto en la estructura del sueño, de modo que aumenta la actividad cerebral, provoca movimientos corporales y aumenta la frecuencia cardiaca. Vamos, que no se descansa.

No es tan complicado llegar a ese nivel óptimo (por debajo de los 30 dB) de silencio en casa. Sobre todo porque los electrodomésticos ya no son tan ruidosos como solían ser. Prueba de ello son las nuevas lavadoras de Bosch, equipadas con el motor EcoSilence. Un innovador motor que prescinde de las tradicionales escobillas, de modo que se evitan los rozamientos. Se consigue de este modo una significativa reducción del ruido, sobre todo del más molesto. 

Claro que las lavadoras también molestan por la vibración que provocan. Sin embargo, Bosch también ha pensado en ello y ha colocado paneles antivibración que absorben las ondas provocadas por el movimiento del tambor. El resultado es una espectacular reducción del ruido: hasta en 5 dB durante la fase de lavado, ya sabes, la más ruidosa. Todo esto se traduce en que con las innovaciones de la marca podemos poner la lavadora a cualquier hora del día o la noche sin temor de despertarnos.

Mas información:

www.bosch-home.es