Una piel sana e hidratada habla mucho y muy bien de ti. Es el vivo reflejo de tu actitud, un modo de vida sano que se refleja directamente en la piel. Al igual que una vida llena de desequilibrios deja muchas huellas en la epidermis. El tabaco, el alcohol, el sol en exceso y la mala alimentación son los peores enemigos de tu piel.
Es imprescindible que sepas que hay alimentos que, por unos u otros motivos, juegan a tu favor.
La alimentación sana para mejorar tu dermis no se debería ver como un tratamiento puntual o temporal, sino como un estilo de vida. Recuerda que la piel tiene buena memoria, sobre todo a largo plazo, así que no busques soluciones temporales, tu piel reflejará el comportamiento de cada día de tu vida.
¿Qué alimentos te ayudan a tener una piel bonita?
Los alimentos ricos en vitaminas y en agua suelen ser muy recomendables para tu piel y para el resto del organismo, pero aquí te dejo algunos que son especialmente sanos para la dermis.
- El pepino. Lo pongo el primero porque es el rey. Todas lo asociamos con una piel sana, y es que tiene una capacidad de hidratación de la piel muy alta.
- Aceite de oliva. La piel, como sabes, contiene y necesita elementos grasos para mantener sus propiedades, pero mejor que provengan de grasas sanas como en el caso del aceite. Evidentemente, hablamos de grasa, así que no conviene excederse con él.
- Cítricos. Ricos como sabes en vitamina C, que ayuda a protegerte de los radicales libres, ralentizando el proceso de envejecimiento de la piel.
- Verduras de hoja. Espinacas, lechuga... son muy ricas en vitaminas y tienen un alto poder de desintoxicación y limpieza. Tu piel lo agradecerá brillando.
- Té. Muy rico en antioxidantes, por eso se considera una de las mejores herramientas contra el envejecimiento de la piel.
- Pescados. Las grasas de los pescados, ricas en Omega 3, tienen propiedades muy buenas para tu piel y ayudan a mantener la elasticidad.
Y por supuesto... ¡Agua! No puedes olvidarte de ella. Por muy bien que comas, si te falta hidratación tu piel va a ser la primera en notarlo. No es necesario que bebas agua en exceso, porque no es cuestión de cuanto más mejor, pero sí es necesario que no entres en situaciones de deshidratación, que afecta notablemente a tu piel.
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