¿Por qué hay grasas buenas y malas?
Aprende a diferenciar los tipos de grasas y elige aquellas que son beneficiosas para tu organismo
Hace unos años se hablaba de grasa y punto, después se empezó a hablar de grasas buenas y malas; y, ahora, nos llegan informaciones con tantos tipos de grasa distintos que se nos hace imprescindible saber de qué nos están hablando.
¿Cómo puede ser que haya grasas buenas y grasas malas?
En realidad es mucho más sencillo de lo que parece. Primero, hay que entender que las grasas no están ahí para fastidiarnos la vida; sino que tienen, como cualquier molécula de tu organismo, una razón de ser. Sus funciones son:
- Almacenar energía
Si no existieran las grasas careceríamos de energía extra, funcionaríamos como los coches, y, cuando se acabase la gasolina, se pararía nuestra máquina.
- Proteger
Por un lado, protegen del frío, como sabemos la grasa es un excelente aislante que mantiene la temperatura dentro del cuerpo y evita que perdamos calor. Y también protege de los golpes, sobre todo a las vísceras, que se encuentran rodeadas de grasa para su protección y colocación.
- Ayuda en ciertos organismos
Por ejemplo, ayuda a proteger los oídos con la cera.
El problema es que la grasa se encuentra en muchas formas. Dependiendo de cómo se acumulen sus diferentes partes, pueden tener estructuras más complejas o más simples.
Cuando hablamos de grasas saturadas, estamos hablando de grasa que son más complejas y más difíciles de deshacer, por eso son más pesadas y tienen más tendencia a acumularse (son las grasas malas). Sin embargo, las insaturadas son esenciales para nuestra alimentación, pues tu cuerpo no las puede producir.
Tipos de grasas
- Grasas saturadas
Son las que se encuentran en grasas animales, y que, a temperatura ambiente, son sólidas. Las moléculas de grasa tienen la posibilidad de almacenar hasta 3 ácidos grasos. En este caso se habla de triglicéridos, que es sinónimo de saturadas.
- Grasas monoinsaturadas
Son aquellas que contienen dos ácidos grasos, lo que ayuda a su digestión y uso por parte del organismo. Tienen menos tendencia a acumularse y se suelen encontrar en los aceites de oliva y girasol.
- Grasas poliinsaturadas
Son las grasas más sanas que puedes ingresar en tu organismo. Te sonarán términos como omega 3 o omega 6, y, efectivamente, se encuentran en los pescados.
Aun así, nunca debemos olvidar que la grasa siempre tiene un alto contenido calórico, por eso es bueno dosificarla y elegir aquellas que son buenas para tu organismo.
Artículo escrito por Elena Navarro, diplomada en Nutrición Humana y Dietética en la Universidad Complutense de Madrid.