Cada 7 de abril, el mundo celebra el Día Mundial de la Salud, en conmemoración del aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud en 1948. Una jornada que todos los años elige un tema relacionado con un área prioritaria de la salud pública. En esta ocasión, el lema es ‘Pequeñas picaduras, grandes amenazas’, pues todo gira en este 2014 en torno al contagio de enfermedades a través de los vectores, pequeños animales, como los mosquitos, las chinches, las garrapatas o los caracoles de agua dulce, que pueden transmitir enfermedades de una persona a otra y llevarlas de un lugar a otro.
Las enfermedades vectoriales son las causadas por estos patógenos en el ser humano, y generalmente son más frecuentes en zonas tropicales y lugares con problemas de acceso al agua potable y al saneamiento. Así, enfermedades como el paludismo, el dengue, la leishmaniasis, el mal de Chagas y la fiebre amarilla afectan sobre todo a algunas de las personas más pobres del mundo. Es más, según datos de la OMS, más de la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer estas enfermedades.
Se calcula que la enfermedad vectorial más mortífera (el paludismo) causó 660.000 muertes en 2010, la mayoría en niños africanos. No obstante, según Anesvad, la enfermedad de este tipo con mayor crecimiento en el mundo es el dengue, cuya incidencia se ha multiplicado por 30 en los últimos 50 años. En total, las enfermedades vectoriales representan un 17% de la carga mundial estimada de enfermedades infecciosas, según recoge la OMS.
Medidas de prevención
Por eso, desde la organización insisten en la necesidad de aumentar las medidas de protección en las zonas más vulnerables, que van desde dormir bajo mosquiteros de cama, llevar pantalones largos y camisas de manga larga a usar repelentes de insectos.