Hoy, y siempre, ¡sé feliz!
El 20 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Felicidad
Todos los días son buenos para ser feliz. “Estado de grata satisfacción espiritual y física” es como define la felicidad la RAE. Y es que, aunque no siempre es fácil llegar a ese objetivo, todos recordamos -y aspiramos a vivir- momentos felices. A veces por acontecimientos importantes, otros por pequeñas cosas. Y es que cada uno es feliz a su manera. Pero, ¿por qué esta oda a la felicidad? Porque hoy, 20 de marzo, se conmemora el Día Internacional de este estado emocional que te hace ver la vida con otros ojos y afrontar todas las vicisitudes con más fuerza y optimismo.
La risa, buena aliada
Y lo cierto es que la risa suele ser un buen indicativo de que estamos felices. Y, además, cada vez que esbozas una sonrisa o, mejor aún, que te ríes a carcajadas, le estás haciendo un favor a tu salud y a tu belleza. ¿Lo sabías? Y es que la risa tiene la capacidad de ser un antidepresivo natural que tiene cantidad de beneficios para la salud.
- La risa produce sustancias bioquímicas en nuestro organismo: endorfinas, serotonina y adrenalina, que refuerzan el sistema inmunitario, activando sus células –los linfocitos– que estimulan su división.
- Además, ¿sabías que una buena carcajada hace que se movilicen y fortalezcan cerca de 400 músculos de nuestro cuerpo? Por ejemplo el corazón, el abdomen, el diafragma o el bazo (ayudando a eliminar toxinas). Es más, incluso quema calorías: no hay que olvidar que, con una carcajada, entre esos 400 músculos en movimiento, están no sólo los faciales sino también abdominales y torácicos. De ahí la aparición de agujetas cuando la risa es muy prolongada, como si del mejor ejercicio de gimnasia se tratara.
- Reír mejora la respiración, puede cuadruplicar la capacidad pulmonar y origina un torrente de energía que se reparte por todo el cuerpo, estimulándolo y mejorando su equilibrio.
- Cuando nos reímos, la sangre se carga de energía electromagnética, activándose su circulación, los huesos de la columna vertebral y de las cervicales se estiran hasta tres centímetros; los ojos se llenan de lágrimas, las cuales actúan positivamente en la agudeza visual, haciendo que se distingan mejor los colores. ¿Quieres más? La nariz, los oídos y el olfato se despejan.
La alimentación ¿también influye?
“Nuestra alimentación también influye en nuestra conducta diaria”, apunta el nutricionista Álex Pérez de Go Fit, que nos resume una serie de sabores muy vinculados con la felicidad, y que pasan por algo tan aparentemente sencillo como un vaso de leche templada con un poco de cacao soluble que, al tomarlo, nos hará recordar momentos de felicidad de nuestra infancia. Pero no sólo eso, si no que, además, la teobromina del cacao y el triptófano de la leche estimulan la síntesis de serotonina y dopamina, unos neurotransmisores relacionados con la sensación de placer y felicidad.
Pero también la carne y otros alimentos ricos en hierro, que ayudan a que los niveles de este mineral en nuestro organismo sean los adecuados. Tener los depósitos de hierro bajos puede ocasionarnos anemia y, por consiguiente, apatía y falta de energía.
Y también vienen bien las frutas como las fresas, que al ser muy ricas en vitamina C, ayudan a que las hormonas de estrés no sean demasiado abundantes en la sangre (además, la vitamina C también favorece la absorción de hierro) o el plátano, rico en potasio, magnesio y carbohidratos, que hace que controlemos mejor la ansiedad, ayudando a conciliar el sueño. Y un sueño de calidad es un buen aliado de nuestra felicidad.
La hidratación, por último, también cuenta. Mantener un equilibrio hídrico adecuado en nuestro organismo generará un correcto funcionamiento físico y mental, que hará más probable que seamos felices. La deshidratación puede llegar a producir confusión, desorientación, ¡así que no olvides hidratarte!
La elección de los alimentos adecuados es muy importante, pero no la única forma de alcanzar un estado de bienestar. “Planificar nuestra dieta y adoptar una conducta alimentaria adecuada beneficiará a nuestro estado de ánimo”, comenta el nutricionista. El ayuno prolongado provoca cansancio y mal humor, mejor comer lo justo y con frecuencia, que mucho pero pocas veces.
Cinco 'tips' para encontrar la felicidad
-Haz más sencilla tu vida: nos la solemos complicar demasiado. ¡Disfruta de los pequeños momentos!
-Ayuda a los demás: somos seres sociales y deberíamos comportarnos como tal.
-Conócete a ti mismo: reconoce tus puntos débiles y potencia los fuertes. Sacar partido a lo que mejor sabemos hacer nos hará destacar y sentirnos bien.
-¡Sé realista!: plantéate objetivos reales, sin dejar de tener ambición.
-Equilibra tu vida: buscar un equilibrio entre trabajo, estudios, amigos, familia, pareja… y guardar siempre un espacio propio y personal, nos ayuda a ser felices.
Ya nos lo dice Luz Casal en una de sus canciones: “Si un día encuentras la alegría de la vida, ¡sé feliz…!” Así que ¡a buscar momentos de alegría! ¡Feliz día!