Algo está cambiando en el perfil de los afectados por cáncer de pulmón. Antes, hasta hace escasos años, era una dolencia claramente masculina. ¿El motivo? El hábito tabáquico era casi exclusivo de varones y la enfermedad era desconocida entre las mujeres hasta llegar los años 60. “En España la mujer empezó más tarde a fumar pero mientras que en los hombres decrece el consumo año tras año, en ellas se mantiene estable”, explica la doctora Enriqueta Felip, jefe de Sección del Servicio de Oncología del Hospital Vall d’Hebron y responsable de la Unidad de Tumores Torácicos del mismo hospital.
El cáncer con mayor estigma
Pero, pese a que el tabaco ha sido y sigue siendo el primer causante del cáncer de pulmón, tanto en hombres como en mujeres, no es el único: “Con el cáncer de pulmón no hay que generalizar. Un porcentaje muy elevado de mujeres diagnosticadas (40%) no son fumadoras por lo que hay que plantearse otros factores de riesgo que todavía no están bien definidos: hormonales, genéticos, metabólicos, agentes tóxicos, etc.”, detalla la doctora Dolores Isla, presidenta de la Asociación para la Investigación de Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM), y oncóloga del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
Cifras en aumento
Lo cierto es que las cifras de cáncer de pulmón en mujeres en nuestro país siguen aumentando, situándose ya cercanas a los niveles de otros países. “En Estados Unidos, la mortalidad por cáncer de pulmón entre las mujeres supera desde hace ya años a la de cáncer de mama, algo que está sucediendo actualmente en los países del norte de Europa -repasa la Dra. Garrido-. En España estamos en el mismo camino si no cambiamos las cosas”. ¿De qué manera se pueden cambiar? La información es el primer paso para concienciar a la población de la importancia de eliminar hábitos nocivos para reducir riesgos. “Hay que hacerlo visible y conocido. Es muy difícil combatir algo que desconoces. Hasta ahora, en oncología 'mujer' equivalía a cáncer de mama, nunca a cáncer de pulmón, cuando es éste último el que ostenta una mortalidad muy superior”, afirma la Dra. Garrido.
No dejar de investigar
La investigación es otro de los pilares fundamentales para combatir la patología: “Hay que luchar para conseguir que se invierta tantos recursos en la investigación del cáncer de pulmón como se hace con otras enfermedades de similar prevalencia”, expone la Dra. Enriqueta Felip. Pese a avanzar lentamente, las líneas de investigación descubiertas hasta la fecha han proporcionado nuevas llaves para luchar contra la enfermedad y mayor esperanza para los pacientes: “Los descubrimientos que se han hecho a partir del conocimiento de las bases moleculares del cáncer de pulmón han sido fundamentales para lograr los avances más destacados -explica la Dra. Dolores Isla-. Entre ellos destacan la detección de biomarcadores, que son capaces de predecir la eficacia de determinados tratamientos, y el descubrimiento de las terapias dirigidas que actúan contra dianas moleculares, especialmente eficaces en pacientes con biomarcadores, muchos de ellos presentes en mujeres”.
Hombres y mujeres ¿iguales ante el cáncer?
Parece, pues, evidente que el cáncer de pulmón es también un problema para las mujeres, y la creciente incidencia de esta enfermedad ha llevado a los investigadores a analizar qué efectos tiene en hombres y mujeres. Aunque las causas todavía no son bien conocidas, el riesgo, la respuesta al tratamiento y el pronóstico ante la enfermedad son distintos dependiendo del género. “Las mujeres, en general, presentamos un mejor pronóstico. Por el contrario, tenemos mayor facilidad para tener determinados efectos adversos como náuseas y vómitos tras la quimioterapia. Hay estudios que sostienen que la mujer tiene que fumar menos cigarrillos durante menos años respecto al hombre para tener el mismo riesgo de padecer cáncer de pulmón, pero los resultados no son concluyentes”, expone la Dra. Pilar Garrido. También hay diferencias en la forma de presentación de la patología, tal y como explica la Dra. Dolores Isla: “En mujeres es más frecuente un diagnóstico en estadios más precoces, en población más joven, en el tipo histológico de adenocarcinoma y de carcinoma microcítico”. Ante esta realidad, los profesionales médicos defienden que las líneas de investigación analicen las diferencias de la enfermedad en función del género, para poder mejorar los resultados tanto en hombres como en mujeres.
El diagnóstico precoz, el gran objetivo
La implantación de los primeros programas del cribado de cáncer de mama en España en los años 90 permitió dar un paso fundamental para combatirlo: prevenirlo. El diagnóstico precoz en cáncer de pulmón es uno de los objetivos más perseguidos, sobre todo porque suele diagnosticarse en estadios avanzados, algo que dificulta el buen pronóstico. “En la actualidad disponemos de una técnica útil en el cribado en población de riesgo (fumadores o ex fumadores de cantidades importantes): la Tomografía Computerizada de baja radiación, con la que se consigue una disminución de la mortalidad del 20%”, detalla la Dra. Isla.
La comunidad científica se enfrenta actualmente al reto de frenar el aumento creciente de la incidencia del cáncer de pulmón en mujeres. “Hay que enfrentarse a él con campañas de información contra el tabaquismo y con la contribución imprescindible de los médicos de atención primaria, de los profesores y toda la sociedad en general”, concluye la Dra. Enriqueta Felip. Las tres oncólogas coinciden en la necesidad de situar el cáncer de pulmón en la mujer en el punto de mira de la sociedad, como pasó en su día con el cáncer de mama, para que no sea tratado como un problema individual de cada paciente sino que se perciba como una lucha social: “El principal reto al que nos enfrentamos es la invisibilidad”, concluye la Dra. Pilar Garrido.