Breve guía para actuar frente a una herida

No te pierdas este útil decálogo que puede ayudarte a evitar complicaciones

Por hola.com

¿Quién no ha tenido una herida en algún momento de su vida? Son, con diferencia, las lesiones más comunes que cualquier persona puede sufrir. Por eso, vamos a darte las claves para que sepas cómo actuar si tienes una. Y es que hay que saber valorar su alcance y curarla de forma correcta, ya que hacerlo de forma errónea puede conllevar un importante riesgo de infección en las mismas, así como problemas de mayor importancia. PiC Solution y la Sociedad Española de Heridas (SEHER) nos ayudan en esta labor estableciendo unas sencillas pautas.


1.- Valorar la gravedad de la herida de manera inmediata para determinar si podemos curarla nosotros mismos o necesitamos trasladarnos o trasladar al paciente a un centro sanitario.

2.- En el caso de que podamos curarla nosotros, conviene buscar un lugar adecuado donde poder tratar la herida de la persona afectada.

3.- Lavarnos de forma exhaustiva las manos para prevenir una posible infección en la herida durante su manipulación.

4.- Detener la hemorragia en la herida si la hubiera. Para controlarla cuando ésta es leve, presionaremos sobre la zona herida sangrante con una gasa o, en su defecto, el material más limpio del que podamos disponer, hasta lograr que se forme el coágulo y cese la misma (si es en una extremidad, podremos elevar la misma para disminuir el flujo sanguíneo como ayuda).

5.- Limpiar de forma integral la herida y sus alrededores, intentando empezar por el centro de la lesión y hacia los bordes. Podemos optar por suero fisiológico, solución estéril o agua de grifo limpia a chorro, de manera que facilitemos el arrastre de todos los restos de suciedad y cuerpos extraños que hubiera en la superficie de la lesión.

6.- Aplicar antisépticos para desinfectar la lesión y sus alrededores sin afectar el tejido sano. A continuación, secaremos la herida cuidadosamente.

7.- Cubrir la herida con un apósito de cura, anatómicamente adaptado, que replicará las condiciones fisiológicas de la piel sana en la zona de la lesión, permitiendo a las células moverse, crecer y dividirse de forma muy rápida, acelerando la cura de la herida y evitando la formación de costra, que en ocasiones, trae como consecuencia la aparición de infecciones. El apósito deberá ser mantenido según las indicaciones del mismo y las características de la herida, pudiendo llegar a mantenerse en algunas situaciones entre 5 y 7 días (sin riesgo de infección).

8.- Tratar el dolor si lo hubiera mediante un manejo suave de la herida y si fuese necesario con analgésicos como Paracetamol

9.- Vigilar la evolución de la herida durante las 24-48 horas siguientes para detectar rápidamente si hubiera signos clínicos de infección (rubor, tumor, calor y dolor),

10.- Realizar las curas requeridas según las indicaciones del producto sanitario utilizado y las necesidades de la herida.