¿Cómo prevenir los resfriados en verano?
En los meses de calor también se pueden padecer catarros
Aunque pueda parecer un problema vinculado a los meses de frío, lo cierto es que un buen número de resfriados (alrededor de un 20%) se padecen en verano, por lo que no es extraño que conozcas a alguien a quien un catarro le ha 'amargado' parte de sus planes veraniegos o de sus vacaciones. ¿El principal culpable? No hay duda: el aire acondicionado o, mejor dicho, su mal uso, que hace que afrontemos cambios de temperatura muy bruscos entre los espacios cerrados y la calle. Éstos y el frío de determinados espacios contribuyen a bajar las defensas de nuestro organismo y los virus aprovechan ese momento para atacar nuestro sistema inmunológico y provocan el resfriado.
Sus síntomas
Por regla general, el período de incubación de un resfriado es de 48 a 72 horas y sus principales síntomas son estornudos, congestión nasal, picor y secreción nasal, escozor de garganta, voz ronca, tos y carraspeo, lagrimeo ocular, dolor de cabeza y fiebre. Aunque no suelen presentar complicaciones graves, en ocasiones, y especialmente en los niños, pueden venir acompañados de sinusitis, otitis con derrame, laringitis o bronquitis.
¿Se puede prevenir?
Aunque no existe una vacuna que pueda inmunizarnos contra los 200 tipos de virus que causan los resfriados, sí podemos seguir una serie de pautas para, en la medida de lo posible, intentar evitarlos:
- El aire acondicionado debe mantenerse a una temperatura de entre 22 y 24ºC.
- Los ambientes secos, no favorecen: la humedad del ambiente debe ser superior al 30%.
- Hay que evitar, en la medida de lo posible, los cambios bruscos de temperatura.
- Aumentar el consumo de líquidos, seguir una dieta equilibrada y procurar no tomar alimentos ni bebidas ni muy frías ni muy calientes.
- Lavarse las manos con frecuencia porque son uno de los principales factores de contagio de los resfriados.
- Evitar ambientes poco ventilados o factores irritantes químicos (insecticidas, productos de la limpieza, ambientadores…).
- Airear las habitaciones donde haya personas acatarradas.
- Cubrir la garganta y la boca, sobre todo en ambientes fríos, por ejemplo cuando tiende a refrescar por la noche.
- Al estornudar o toser, cubrirse la boca para no contagiar a otras personas.
- No forzar la voz y, por supuesto, no fumar.