Medio millón de personas –según estimaciones recientes- padece glaucoma en nuestro país. Una enfermedad ocular que está considerada como la segunda causa de ceguera (por detrás de las cataratas) y que, según datos de la Organización Mundial de la salud (OMS), afecta a más de 60 millones de personas en todo el mundo. Pero los afectados pueden ser aún más, pues debido al carácter asintomático de la enfermedad, hay muchos casos que están aún sin diagnosticar.
Hoy se celebra el Día Mundial de la enfermedad y, aprovechando esta jornada, los expertos del Instituto Varilux aprovecha para recordar que el diagnóstico precoz es la mejor manera de afrontar esta patología visual. A pesar de que no es posible prevenir la aparición del glaucoma y que, como comentábamos, hasta en sus fases más avanzadas no da síntomas (lo que dificulta su diagnóstico), sí que existe tratamiento para frenar su avance y evitar que provoque pérdida avanzada de visión o ceguera. Para ello, es importante acudir a revisiones oftalmológicas de manera habitual, especialmente en el caso de pertenecer a uno de los perfiles de riesgo: pacientes con antecedentes familiares de glaucoma, personas con una presión intraocular alta, diabéticos, personas con miopía elevada y mayores de 50 años.
El Dr. Jorge Navalón, miembro de la Unidad de Glaucoma de Clínica Baviera advierte que “teniendo en cuenta que el daño que produce el glaucoma es irreversible, cuanto antes se realice el diagnóstico y se establezca el tratamiento oportuno, mejores serán los resultados. Aunque no existe cura, sí podemos frenar su progresión, ralentizando el deterioro progresivo del nervio óptico y la pérdida de campo visual mediante la reducción y el control de la presión intraocular”, explica el Dr. Navalón. Una de las pruebas que se realiza para detectar un posible glaucoma es la tonometría de no contacto que consiste en realizar una medición de la presión intraocular del paciente. Es una prueba indolora y cuya duración no supera el minuto.
¿Qué es?
Se trata de una lesión irreparable del nervio óptico, generalmente provocada por un fuerte aumento de la presión intraocular que causa una pérdida progresiva de visión. El deterioro progresivo de las fibras del nervio suele conducir a la pérdida del campo visual y, en los casos más graves, a la ceguera. En la mayoría de los casos, los afectados no experimentan molestia alguna hasta que se produce una pérdida visual irreversible. En este sentido, desde el Instituto Varilux recalcan la importancia de realizar revisiones periódicas a partir de los 40 años, para diagnosticar cuanto antes la enfermedad y prevenir en la medida de lo posible los posibles daños causados por el glaucoma. La mayor incidencia de la enfermedad se produce a partir de los 40 años: afectando a un 2,1% de las personas entre 50 y 59 años; a un 2,3% entre 60 y 69; porcentaje que sube hasta el 3,5% en los mayores de 70.
Muy útil. Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial del Glaucoma, Clínica Baviera organiza una jornada de puertas abiertas con mediciones gratuitas de tensión intraocular en todos sus centros (47 en toda España), a fin de detectar posibles casos y que los pacientes puedan iniciar cuanto antes un tratamiento que evite el desarrollo de la enfermedad y la pérdida irreversible de visión.