Enero es uno de los meses más fríos del año. Las temperaturas caen en picado y todos sufrimos las consecuencias del duro invierno. Pero hay personas que no sólo tienen que sobrellevar con paciencia estos meses hasta la llegada de un tiempo más cálido. Aunque es poco frecuente, existe la urticaria por frío. Se denomina urticaria a frigore y en realidad se trata de una reacción cutánea que aparece ante el contacto con el viento, con objetos fríos, con las bajas temperaturas, el lavado o inmersión en agua, o la ingestión de bebidas o alimentos fríos.
“La urticaria a frigore es un tipo de urticaria física que se define porque en la zona de contacto con temperaturas bajas aparece picor, ronchas, habones e hinchazón”, explica la doctora Marta Ferrer, coordinadora del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). “Aparece de forma inmediata y desaparece entre 30 minutos y las dos horas siguientes a la reacción, cuando la piel se calienta de nuevo”, añade.
Aunque la incidencia no es muy elevada, hay que tenerla en consideración, pues durante los meses de invierno se observa un aumento en el número de casos. “Desde la Sociedad recomendamos a estos pacientes prevenir la exposición al frío con ropa de abrigo adecuada así como llevar la medicación necesaria”, apunta la experta.
Diagnóstico con un cubito de hielo
Puede parecer una obviedad, pero la forma más sencilla de diagnosticarla es exponiendo a la persona al frío. Así, la prueba más utilizada para confirmar el diagnóstico de una alergia al frío es el “test del cubito de hielo”. Consiste en aplicar hielo, de manera controlada, en el antebrazo del paciente durante 5 minutos y pasados 10 observar si se produce reacción. “Aunque a priori la prueba parece sencilla debe realizarse de manera controlada y en la consulta del alergólogo. Es él quien puede interpretar de manera correcta la reacción y evitar que se produzcan quemaduras con el hielo”, advierte la doctora Ferrer.
¿Se puede tratar?
Una vez confirmado el diagnóstico, el primer paso es cubrir de la mejore forma posible las zonas expuestas. Y posteriormente recurrir al tratamiento con antihistamínicos.
Especial cuidado
Los expertos explican que hay que tener especial precaución, si uno padece este tipo de urticaria, de no tomar bebidas frías, cubitos de hielo o helados, ya que se podría provocar un edema de glotis. Asimismo, es muy importante en los casos en que la urticaria por frío sea intensa, evitar sumergirse de golpe en agua fría lanzándose a la piscina o al mar, ya que, al estar toda la superficie corporal en contacto con frío, se produciría una reacción generalizada (anafilaxia) por la liberación repentina y masiva de histamina o la muerte por ahogo.
“Es muy raro que la primera manifestación sea una anafilaxia al tirarse a la piscina o bañarse en el mar –también en verano-. El paciente se da cuenta que cuando llega el invierno y sale a la calle, las zonas expuestas al frío (cara, cuello y manos fundamentalmente) se le enrojecen o le salen ronchas; o por ejemplo que cuando coge cosas de la nevera le pican las palmas de las manos o le salen habones”, cuenta la experta. “Ante este tipo de síntomas debe acudirse al alergólogo. Es una forma muy fácil de evitar complicaciones”.
Asimismo, la doctora Ferrer concluye explicando que “en algunas cirugías se precisa inducir un descenso de la temperatura corporal, por lo que estos pacientes deben advertirlo con el fin de evitar una reacción grave asociada a la urticaria”.