‘¿Estás malo? Deberías tomarte un antibiótico’. Gran error. Primero, porque los antibióticos no son las solución milagrosa de todos los problemas de salud –creencia muy extendida entre algunas personas-. Segundo, porque los antibióticos siempre han de ser recetados por un médico. Y tercero, porque si se toman de forma indebida, pierden su eficacia. De hecho, el abuso y mal uso de los antibióticos son causa habitual de las resistencias bacterianas. Por este motivo cada año en el marco del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos se pretende concienciar sobre este problema de salud que tantas muertes provoca al año. Una causa a la que en España se suma la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que advierte de la necesidad de moderar su consumo para garantizar su eficacia. Sólo en Europa 400.000 personas al año sufren una infección grave por bacterias multirresistentes, lo que a su vez motiva más de 2.500.000 estancias hospitalarias adicionales y más de 25.000 muertes.
Para intentar disminuir estas cifras y explicar a los ciudadanos en qué consiste y qué supone el uso inadecuado de los antibióticos, el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de semFYC resume los aspectos fundamentales en este decálogo:
1. La mayoría de las infecciones respiratorias no requieren el uso de antibiótico.
2. No solicites un antibiótico a un médico cuando éste no lo considere indicado.
3. Ni tampoco los pidas en la farmacia sin receta.
4. No recomiendes antibióticos a otras personas, especialmente a los niños
5. Cuando lo uses, hazlo a la dosis recomendada, a las horas indicadas y durante los días establecidos por el médico.
6. No almacenes antibióticos sobrantes en casa. Evitarás un posible mal uso posterior.
7. No utilices estas pastillas sin que te los haya prescrito un médico: evita automedicarte.
8. Vacúnate, está demostrado que las vacunas pueden prevenir enfermedades infecciosas evitando complicaciones en personas de riesgo y limitando la transmisión de epidemias
9. Si utilizas incorrectamente los antibióticos, sé consciente de que tú y el resto de las personas pueden tener graves problemas en el futuro para combatir infecciones graves
10. Cuando estés enfermo extrema las medidas de higiene. De ese modo evitarás la transmisión de la infección a otras personas.
Pero las recomendaciones no afectan sólo a los pacientes: también las hay para los profesionales sanitarios, por ejemplo que no todas las infecciones necesitan tratamiento antibiótico; que es fundamental explicar detalladamente la pauta y duración de los antibióticos a los pacientes; que es básico utilizar aquel que se ajuste mejor a la posible etiología, probabilidad de resistencia y localización de la infección, evitando los antibióticos de amplio espectro; y que no es recomendable utilizar los antibióticos de forma preventiva en los casos en los que no esté plenamente establecida esta indicación. Está claro que un uso responsable de los antibióticos nos beneficia a todos.