Hoy, más que ningún otro día del año, el mundo se viste de color rosa, el color que simboliza la lucha contra el cáncer de mama. Cada 19 de octubre, mil y una iniciativas se ponen en marcha a lo largo y ancho del planeta para recordarnos que hoy se celebra el Día Mundial de esta enfermedad, cruel, siempre dolorosa en el momento del diagnóstico, pero para la que hay esperanza. Y esa llamada a la esperanza es la que cobra fuerza en días como hoy y la que te queremos transmitir más que nunca.
Pero, eso sí, no podemos cerrar los ojos ante unas cifras que, no hay duda, no son buenas. La dura frialdad de los datos: el cáncer de mama es actualmente el tipo de tumor más frecuente de los que puede padecer la mujer. Así, en nuestro país representa aproximadamente un tercio de los cánceres femeninos (30%). Según el Dr. Antonio Sierra, coordinador de la Unidad de Mama de la Clínica Ruber, “las estadísticas indican que 1 de cada 10 mujeres padecerán esta enfermedad a lo largo de su vida”. Se calcula que a lo largo de 2012 más de 6.000 españolas morirán a causa de la enfermedad y se diagnosticarán más de 25.000 nuevos casos. Hasta ahí la parte más negativa. La otra cara de la moneda dice que la tasa de mortalidad que ocasiona en España es la más baja de toda la Unión Europea (11,7 casos de cada 100.000, según el European Cancer Mortality Predictions for the Year 2012).
Y, lo que los expertos parecen tener claro es que muchas de esas mujeres diagnosticadas verán cómo su enfermedad se cura. Eso sí, la posibilidad de curación depende del diagnóstico temprano y su posterior tratamiento. En el cáncer de mama las tasas de curación son las más altas de entre los llamados tumores “sólidos”. Y es que hay que quedarse con la cifra de que aproximadamente un 80% de pacientes siguen vivas diez años después del diagnóstico.
La importancia de la detección precoz
Estamos acostumbrados a los programas de cribado en los que se realizan mamografías periódicas a las mujeres a partir de determinada edad. Pero el cáncer de mama no sólo aparece en las edades en las que la mamografía se realiza de manera preventiva. Por eso, los médicos insisten en que la autoexploración del seno es una medida complementaria y útil. Una vez al mes es suficiente, entre el quinto y el octavo día desde el inicio de la menstruación o si no se tiene ya, un día fijo de cada mes. A la mujer no se le pide que haga de médico, por lo tanto no debe buscar “bultos” de una forma o textura determinadas; en muchos casos esto sólo genera angustia. El pecho por dentro no es regular, y tiene diferentes texturas. Se trata de conocer el propio y “repasar” que todo esté “como siempre”. En caso de notar alguna novedad o variación, es recomendable consultar con el médico para asegurar que no se trate de un problema, realizando ya en ese caso alguna de las técnicas de imagen (mamografía, ecografía de mama, resonancia magnética…) para diagnosticar si existe la enfermedad o no.
¿Hay factores de riesgo?
No existe nada que evite la aparición del tumor, pero sí se ha demostrado que tener el primer embarazo antes de los 24 años, tener varios hijos y lactar durante más de 6 meses reducen discretamente el riesgo de padecer cáncer de mama. Por otra parte, sí hay evidencia de qué hábitos podemos modificar, como hacer ejercicio con regularidad, comer de manera sana (dieta mediterránea), no tener sobrepeso y asegurar en nuestra dieta un aporte adecuado de Vitamina D (que se fija con la exposición al sol y el ejercicio), todos ellos disminuyen también el riesgo de una manera discreta pero significativa.
Existen, además, mujeres en situaciones que pueden tener más riesgo, tal y como apuntan desde la Clínica Planas. Es el caso de aquellas mujeres pertenecientes a familias en que existe un factor hereditario que predispone a tener cáncer de mama mucho más que la población general (menos del 10% de todos los cánceres de mama), mujeres que, tras una biopsia de mama, muestran lesiones que predisponen a mayor riesgo, u otras causas de aumento de riesgo como mujeres con mamas muy densas en la mamografía, las que ingieren alcohol en exceso, y otras en que diversas circunstancias como tratamientos, accidentes radiactivos, etc, pueden aumentar el riesgo. Estas mujeres se manejan de manera distinta a las demás, con unos controles diferentes y más exhaustivos. En algunos casos se pueden tratar con medicamentos o cirugía para reducir el riesgo.
Sin embargo, no por hacer todo esto eliminamos el riesgo. Por ello es aconsejable que se sigan controles periódicos. Es muy importante insistir en recomendar la mamografía periódica y consultar en caso de cualquier alteración de la mama.
Muchos avances
Aparatos y técnicas innovadoras, tratamientos menos agresivos y a la medida del paciente, ponen de manifiesto un año más que la lucha contra el cáncer de mama no cesa. Aunque un diagnóstico precoz sigue siendo la mejor arma en la lucha contra el cáncer de mama, son muchos los avances de los que se puede hablar en el tratamiento de esta enfermedad.
¿Y el cáncer en los hombres?
El cáncer de mama es una enfermedad asociada tradicionalmente al sexo femenino, “sin embargo”, asegura el Dr. Sierra de la Clínica Ruber, “aunque en proporciones inferiores, los hombres no están exentos de padecer de esta patología.” De hecho, el 10 % de los casos de mama detectados se dan en hombres.
La tasa de supervivencia en varones afectados por esta enfermedad es similar a la de las mujeres, siempre y cuando se diagnostique en el mismo estadio. “Y aquí es donde está el problema” asegura el Dr. Sierra de la Clínica Ruber, “la falta de información sobre la incidencia del cáncer de mama en hombres hace que los casos en varones no se diagnostiquen de forma precoz, disminuyendo así las probabilidades de un tratamiento positivo.”
Aunque esta enfermedad puede presentarse en varones de cualquier edad el mayor número de casos se da en varones de entre 50 y 80 años, siendo las principales causas un alto nivel de estrógenos, la exposición a la radiación y antecedentes familiares.