Los libros son hoy los grandes protagonistas del día. El 23 de abril pretende fomentar la lectura en todo el mundo. ¿Y tú? ¿También devoras libros? Una sana costumbre, que puede convertirse en un problema en el caso de que no veas bien. Nada extraño, pues 9 de cada 10 españoles mayores de 45 años reconoce tener algún problema de visión, mientras que el 67% declara ser présbita. El astigmatismo y la miopía son, tras la presbicia, los más habituales.
Así, muchas veces cuando leemos, nos encontramos con una serie de dificultades que impiden que podamos disfrutar completamente de nuestro momento de lectura: tenemos que alargar los brazos, nuestros ojos lagrimean, nos duele la cabeza o sentimos fatiga visual, entre otros síntomas.
Y estos problemas pueden incrementarse ahora que los libros electrónicos o e-books han llegado para quedarse. Según algunas de las conclusiones extraídas del último Congreso Internacional de Optometría, Contactología y Óptica, OPTOM, abusar de los libros digitales y de las nuevas tablets puede provocar fatiga visual.
Para evitar un excesivo cansancio en nuestra vista, en caso de utilizar e-books u otro tipo de soportes electrónicos, Instituto Varilux aconseja:
1. Mantener una distancia mínima con el libro. Lo ideal es a unos 30-40 centímetros de nuestros ojos. Además, en la mayoría de terminales es posible fijar un tipo de letra adecuado a cada usuario de manera que se evite una aproximación excesiva por dificultad en la lectura.
2. Asegurarse de que hay una iluminación adecuada.
3. Parpadear para evitar la sequedad ocular.
4. Adecuar el brillo y contraste para adaptarlo al entorno de lectura.
5. Elegir un mismo tamaño y tipo de letra. Tu ojo te lo agradecerá.
6. Realizar pausas cada hora.
7. Gestionar de forma inteligente tu exposición visual: alternar la visión entre un objeto lejano y otro cercano.
8. Y, por supuesto, visitar a tu óptico-optometrista para realizar una revisión al menos una vez al año.
Y además... Si estás cansado, déjalo para otro momento. Es de sentido común y sucede de igual manera con un libro convencional. Para conservar la salud visual es bueno que los ojos tengan un trabajo adecuado, no demasiado intenso. Así, se puede leer libros en cualquier formato, siempre que no se tenga ninguna anomalía que lo dificulte o impida.