5 fórmulas pare deshacerte del estrés en el trabajo
El día a día en la oficina suele ir acompañado de grandes dosis de ansiedad y falta de sueño
La vida diaria en el interior de una oficina es una auténtica fuente de estrés: facturas, contratos, reajustes, supervisores, sueldos, objetivos... Malabarismos del día a día que pueden socavar nuestro estado de ánimo si no nos andamos con ojo. Los síntomas de que algo no marcha bien: desde la clásica fatiga, hasta la dificultad para conciliar el sueño, desórdenes gástricos, irritabilidad, falta de concentración... Manifestaciones 'somáticas' que sufrimos debido al temido estrés laboral, y que aún estás a tiempo de recortar incorporando pequeñas medidas dentro de tu rutina, que te ayuden a sortear la sensación de hastío o ansiedad provocadas por un empleo demasiado absorbente.
1. Lo más importante: muévete. Haz algo de ejercicio diario, apúntate al gimnasio, sal a correr... No sólo te ayudará a despejar la mente, sino que el cansancio físico te ayudará a conciliar el sueño con más facilidad, y te será mas fácil enfrentarte a la jornada laboral cada mañana.
2. Prueba con el yoga. Una o dos veces a la semana serán más que suficientes para que en poco tiempo aprendas a respirar correctamente: controlar la respiración ayuda a manejar las situaciones de mayor ansiedad sin necesidad de medicamentos. Las técnicas naturales de relajación son otra de las claves para dormir a pierna suelta por las noches, sea lo que sea lo que ocupe tu mente durante el día.
3. Date un respiro de vez en cuando. No, no nos referimos al clásico 'paréntesis' de salir a fumar. El tabaco no mata la ansiedad (aunque el componente adictivo de la nicotina te haga creer que si): el aire fresco, desconectar del entorno o disfrutar de unos minutos a solas de vez en cuando entre informe e informe, te ayudarán a controlar y calmar los nervios.
4. Respeta tus límites. El trabajo es importante, pero la vida familiar lo es más.
5. Evita el estrés innecesario. Si tienes tendencia, por ejemplo, a llegar tarde, modifica tus hábitos y procura organizar tu rutina de otra manera para que no interfiera con tu trabajo. Atascos, desayunos que se alargan, llevar a los niños al cole... ¡Planifícate!