Seguro que has tenido la experiencia –nada agradable, por cierto- de notar gran sensibilidad en los dientes cuando se come algo muy frío o muy caliente. Y es que sobre todo el consumo de bebidas y alimentos muy fríos, como pueden ser los helados, contribuye, sin duda, al aumento de la sensibilidad dental. Por ello, los especialistas recomiendan “no estimular en exceso los dientes con hielo ni tampoco combinar alimentos fríos con otros calientes sin dejar un espacio de tiempo entre ambos", explica la doctora Carolina Benalal, cirujano dentista de la Clínica Benalal, en Madrid.
¿Por qué se produce?
Existen diferentes motivos por los que puede producirse hipersensibilidad, también conocida como hiperestesia. En algunos casos, el rechinamiento de los dientes y las vibraciones que produce sobre el hueso derivan en una pérdida ósea y, como consecuencia, en la retracción de la encía. En otras ocasiones, la anatomía del hueso del paciente influye directamente en la salud bucodental: “Existen las piezas con un hueso en el borde del diente fino, y también con hueso grueso. El fino es estéticamente más bonito y da un perfil a la encía mucho más estético, pero al ser más fino es más frágil y nos encontramos con el efecto conocido como ‘cristal de bohemia’, que va descascarillando el hueso y desgasta el esmalte, lo que contribuye igualmente a la hiperestesia”, según comenta la doctora.
¿Se puede evitar?
El tratamiento de la hipersensibilidad dental ha demostrado ser altamente eficaz siempre y cuando se haga correctamente y se actúe sobre la causa que la está provocando. Si se trata del rechinamiento de los dientes, el uso de una férula de descarga nocturna consigue que los síntomas desaparezcan en tres semanas. Si el origen está en una retracción de la encía hay que estudiar cada caso, ya que “en algunas situaciones el problema se puede atajar cubriendo la raíz con injertos de encía, mientras que en otros, sin embargo, es preferible el uso prolongado de una pasta de dientes para piezas sensibles que bloquea la transmisión de sensaciones hacia el nervio", apunta la doctora Benalal, para quien el tratamiento más eficaz es la desensibilización con láser, “una técnica indolora, inmediata, e irreversible”, apunta.
La alimentación también cuenta
Una vez más, la elección de una dieta adecuada también puede echarnos una mano frente a este molesto problema. Para mantener una dentadura saludable y evitar la aparición de hipersensibilidad, los expertos siguen apostando por una dieta saludable como el mejor aliado contra los problemas bucodentales. El yogur, los quesos, la leche, los huevos, carnes de vaca, pollo y pescado, así como las frutas, verduras y hortalizas se encuentran entre los alimentos más recomendables para favorecer el desarrollo de los dientes y la absorción del calcio necesario.
Los alimentos que ayudan a limpiar y fortalecer los dientes y las encías, y combatir las bacterias que se acumulan en la placa son los que poseen vitaminas C y A, flúor y calcio, como la naranja, la mandarina y el pomelo. Fortalecen las encías y ayudan a curar la gingivitis y la periodontitis, aunque deben ser consumidas con moderación ya que los ácidos pueden debilitar el esmalte. Otros alimentos como la zanahoria, el plátano, la manzana o las espinacas contienen altos niveles de flúor, lo que ayuda a fortalecer las piezas dentales y el esmalte.
No obstante, por encima de todo, la doctora Benalal recomienda “evitar la acidez y, por ello, las bebidas carbonatadas, que reducen el PH bucal y favorecen la aparición de sensibilidad”. Estas recomendaciones deben ser tomadas muy en cuenta por los pacientes que padecen hernia de hiato, cuyo PH bucal suele ser elevado, así como entre las personas que tienen el hábito de comer limones con piel incluida, masticar hielos, y los que sufren o han sufrido episodios de bulimia, ya que aumenta drásticamente la acidez bucal, destruyendo de forma agresiva el esmalte y causando una hiperestesia importante.