Suponemos que forma parte del subconsciente, pero lo cierto es que la palabra dentista no suele ser demasiado agradable para nadie. Normalmente relacionamos la visita a este especialista médico con el dolor y las molestias típicas de los tratamientos. Pero hay formas de intentar mitigar ese miedo a pasar por su consulta. Los profesionales de Smiling ofrecen una serie de consejos que pueden echarte una mano para que la visita al dentista sea algo más agradable y sin tensiones, y finalices ¡con la mejor de las sonrisas!
- Opta por un dentista que te dé absoluta confianza. El odontólogo es un profesional con amplia experiencia por lo que no debes tenerle miedo.
- Háblale de tu miedo y recuerda que tú no eres el único que lo siente. El facultativo te ayudará a afrontarlo y vencerlo.
- Llega a la consulta antes de la cita concertada para no añadir más estrés a la situación.
- Antes de la realización del tratamiento pauta con tu dentista el ritmo y las pausas que necesitas.
- Si lo necesitas, pide a tu médico que administre algún tipo de sedación para evitar molestias en la realización del tratamiento.
- Emplea técnicas de relajación, una vez que te encuentres en la clínica dental. Respira profundamente, piensa en algo agradable o visualiza una imagen que te ayude a obtener un efecto relajante.
- No dudes en comunicar al dentista cuando sientas dolor.
- A algunas personas les ayuda solicitar un espejo de mano para que puedas observar lo que el odontólogo está realizando en tu boca.
- Pide que alguien te acompañe sin con ello te vas a encontrar más seguro y tranquilo.
- Piensa que es peor retrasar la visita al dentista. Es mejor tratar los problemas a tiempo y en cuanto se detecten, ya que a medida que pase el tiempo puede ser más doloroso. Smiling recomienda acudir cada seis meses al odontólogo para realizarse una revisión.