Piedras en el riñón, ¿por qué aumentan los casos en verano?
En los meses más calurosos hay más riesgo de deshidratación
Siempre te recomendamos que bebas agua, por multitud de motivos: tu piel te lo agradece, pero también tu salud. De hecho, con la subida de las temperaturas, el riesgo de deshidratación aumenta, por lo que la ingesta de líquidos se hace indispensable. Muy vinculado a la hidratación está un problema de salud: los cálculos en el riñón o litiasis urinaria, uno de los principales motivos de consulta al urólogo. Y más aún en estas fechas, con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, cuando el número de visitas por piedras en el riñón aumenta debido a un mayor riesgo de deshidratación. De ahí que los expertos recomienden beber mucho líquido (entre 2,5 y 3 litros al día) y seguir una dieta variada baja en sal, en proteínas de origen animal e hidratos de carbono.
“El calor favorece la sudoración y, por lo tanto, la deshidratación, lo que aumenta la saturación de ciertas sales en orina que predisponen o aumentan el riesgo de padecer una litiasis urinaria. De hecho, diversos estudios demuestran un aumento de los episodios de cólicos renales atendidos en servicios de urgencias en la época estival lo cual repercute en un aumento de las consultas especializadas”, explica el doctor Juan Antonio Galán Llopis, coordinador del Grupo de Litiasis de la Asociación Española de Urología (AEU), con motivo de la celebración del LXXVI Congreso Nacional de Urología que se ha realizado recientemente, y en el que se ha analizado influencia de la alimentación y las últimas novedades en el diagnóstico y tratamiento de la patología.
Su origen
Aunque la formación de piedras tiene un origen multifactorial, la dieta y el estilo de vida son dos factores determinantes a tener en cuenta. Esta tendencia es mucho más marcada en los países con mayor nivel socioeconómico, como es el caso de España, donde cada vez más se consume alimentos ricos en grasas saturadas y en los que, además, el ritmo de vida no favorece la práctica regular de ejercicio físico. De hecho, de seguir esta tendencia, se estima que en los próximos veinte años el número de casos de piedras en el riñón se duplicarán; patología que, en la actualidad, afecta a más de dos millones de españoles.
‘¿Puede ser un cólico?’
Conoces el problema, pero no sabes cómo se manifiesta. Pues la mayor parte de los casos de litiasis se diagnostican cuando el paciente acude al servicio de urgencia con un cuadro cólico nefrítico, que se manifiesta mediante un dolor brusco, intenso y unilateral (muchas mujeres que lo han padecido lo comparan con el dolor del parto) en un costado y que puede extenderse a la región inguinal, genital e, incluso, al muslo. Esta molestia suele ir acompañada de otras síntomas tales como la presencia de sangre en la orina (hematuria), náuseas y dolor agudo.
Una vez en urgencias, los expertos indican que el método más sencillo para la detección de los cálculos renales es la radiografía simple de abdomen, que se puede combinar con una ecografía o, para más certeza, con una Tomografía Axial Computarizada (TAC) sin contraste.
‘Y una vez confirmado el diagnóstico, ¿cuál es el tratamiento?’
Lo cierto es que en un alto porcentaje de los casos (70 %), el propio paciente expulsa espontáneamente la piedra o con ayuda de la ingesta de agua de baja mineralización y diurética. Sin embargo, cuando no sucede así o se presentan complicaciones, desde hace unos 15 años se emplea diferentes técnicas capaces de fragmentar los cálculos y facilitar su expulsión al exterior. Y, en paralelo, se administran medicamentos para mitigar el dolor que se produce.