¿Te preocupa la salud de tu boca? Hemos hablado con el odontólogo Elías Casals, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (SESPO), profesor asociado de la Unidad Odontología Preventiva y Comunitaria (UB) y
colaborador de la marca Listerine, quien nos ha resumido las claves para presumir de dientes bonitos y, sobre todo, sanos, prestando especial atención al cuidado del esmalte dental.
Dos de cada tres adultos en España padecen caries a causa del desgaste del esmalte. ¿Qué podemos hacer para solucionar este problema?
Debemos reforzar la superficie del esmalte con la aplicación diaria de flúor. La evidencia científica ha demostrado que la base para mantener una boca sana es el cepillado con una pasta dental fluorada, un mínimo de dos veces al día. Podemos reforzar el cepillado con la utilización de un enjuague que contenga flúor.
¿Cuáles son las razones por las que se desgasta el esmalte?
El esmalte puede desgastarse mecánica y químicamente, sucediendo en ocasiones ambas agresiones de forma simultánea. El desgaste mecánico es provocado por la masticación, por el cepillado dental y por apretar los dientes (la mayoría de la población rechina los dientes inconscientemente mientras duerme). Mientras, el desgaste químico se debe al efecto ácido provocado por la dieta (erosión) o por los ácidos producidos por las bacterias orales (caries).
¿Puede ser perjudicial para el esmalte un excesivo cepillado de dientes?
Efectivamente, puede serlo provocando un desgaste mecánico de la superficie del diente y la migración de la encía, descubriendo la raíz del diente. El desgaste mecánico es debido a una pasta dental que contiene abrasivos potentes así como a una excesiva presión al cepillar. Utilizar una técnica de cepillado incorrecta también puede provocar un desgaste excesivo. Tanto los cepillos manuales como los eléctricos son herramientas que utilizadas correctamente no ejercen ningún daño y es bueno aprovechar la visita anual de revisión dental para solventar cualquier duda y pedir sugerencias para el cuidado de nuestra boca.
Muchas personas se limitan a cuidar la salud de su boca lavando los dientes tras las comidas. ¿Es suficiente?
El cepillo es la herramienta imprescindible para todas las personas, acompañado de pasta dental fluorada. Además, disponemos de elementos auxiliares como el hilo de seda o los cepillos interdentales para la higiene de los espacios existentes entre los dientes. Otros utensilios adicionales incluyen los irrigadores que eliminan la placa dental (restos de comida junto a bacterias organizadas) que se depositan sobre la superficie de dientes y encía, mediante la propulsión de agua a presión. Los enjuagues bucales aportan principios químicos activos que pueden tener un efecto antiséptico, antiinflamatorio y remineralizador alcanzando concentraciones elevadas en localizaciones difíciles de limpiar mecánicamente.
¿Nos puede dar unas pautas básicas para cuidar nuestra salud bucodental?
Primero, cepillarnos un mínimo de dos veces al día, con una cantidad aproximada a un guisante de pasta dental fluorada, durante un mínimo de dos minutos. Segundo, enjuagarnos con un colutorio que complemente nuestro cepillado, adaptado a nuestras necesidades (control de placa bacteriana, remineralizador, etc). Tercero, como mínimo una vez al año visitar a nuestro dentista para que valore que nuestra boca se encuentre en perfecto estado de salud.
Dicen que cuando las costumbres se convierten en hábito es más difícil perderlas, es importante, por lo tanto, concienciar desde la infancia de la importancia de la higiene dental, ¿cuál es la mejor manera de concienciar a los más pequeños de la importancia de cuidar la salud de sus dientes?
Los más pequeños aprenden los hábitos en casa. Es importante que los hijos vean en casa el patrón correcto de cepillado y lo asimilen como propio. Hasta los 6 años de edad, los padres o cuidadores de un pequeño deberán cepillarle los dientes, como mínimo, una vez al día. Preferiblemente, el cepillado de antes de dormir, ya que durante la noche disminuye el flujo de saliva, principal protector propia de la salud oral. Esto no significa que los niños puedan jugar con el cepillo y aprender por sí solos, pero deberán ser adiestrados en el uso del cepillo.
¿Por qué la visita al dentista sigue generando tanto miedo?
Desgraciadamente, los latinos solemos tener la mala costumbre de planificar menos de lo deseable y muchas personas acaban visitando al dentista cuando ya existe un problema que requiere tratamiento y en fase de dolor en demasiadas ocasiones. Solo una tercera parte de la población reconoce haber visitado a su dentista o higienista en el último año. La noticia buena es que la progresión de personas que visitan al dentista crece porcentualmente, de forma muy lenta pero continuada.
Así que sgue habiendo personas que sólo acuden al dentista cuando la situación ya es complicada de resolver.
Sí, muchas personas esperan a sentir síntomas de dolor para acudir en busca de solución. Los tratamientos son más complejos, más costosos y, probablemente, con un pronóstico de futuro peor. La recomendación es acudir al dentista periódicamente para evitar que aparezca algún problema. Con los conocimientos actuales, mantener una boca en perfecto estado de salud durante toda la vida, solo depende de constancia y buenos cuidados.
Hay personas que cuidan mucho su higiene bucodental y, sin embargo, ven cómo sus dientes muestran signos de desgaste. ¿Hay dentaduras con más o menos calidad?
Es indudable que hay defectos en la formación de la superficie dental que aumentan el riesgo de patología, pero son poco frecuentes. Es cierto que determinadas familias son más propensas a tener caries o problemas de encías, debido a problemas genéticos en muchas ocasiones, pero un buen cuidado con una higiene meticulosa obtendrá un control de ese riesgo, evitando problemas.
Atención especial requieren las personas que tomen medicación para la tensión, la ansiedad o la depresión, ya que muchas de estas medicaciones tienen un efecto importante en la disminución del flujo de saliva, aumentando el riesgo de patología.
¿Influye la alimentación de nuestra época en un aumento de las patologías bucodentales?
Los zumos, especialmente los más ácidos –uva, limón y naranja- también erosionan la superficie del esmalte, desmineralizándola. Se trata de un desgaste químico, conocido como erosión. Es conveniente no cepillarse inmediatamente después de ingerir estos alimentos, ya que eliminaremos los minerales desprendidos de la superficie dental por el efecto del ácido de estos zumos, antes de que puedan recuperarse y reabsorberse por el efecto neutralizador y protector de nuestra saliva.
En muchos casos, las bebidas carbonatadas y las energéticas tienen un efecto erosivo aún mayor que los zumos de fruta debido a que son muy ácidas y son más lentas de neutralizar que los zumos. Además, las dietas vegetarianas son más agresivas con la superficie dental y provocan una mayor erosión y desgaste de las mismas.
Últimamente están en auge las técnicas de blanqueamiento dental. ¿Cuáles son las últimas novedades en este campo?
Los productos más novedosos consiguen obtener un aclaramiento del color dental en menos tiempo de tratamiento y con menos sensibilidad a los cambios de temperatura tras su uso. Es extremadamente importante evitar el uso de estos productos antes de valorar el perfecto estado de salud de nuestra boca, ya que su uso puede agravar el dolor provocado por las lesiones de caries o por las raíces expuestas al inflamar las terminaciones del nervio dental.