El mundo celebra el día mundial del Alzheimer, la enfermedad del olvido

Una dolencia que afecta a unas 600.000 personas en España

Por hola.com

Hoy, 21 de septiembre, se celebra el día mundial de esta enfermedad. Una dolencia que está de plena actualidad, pues precisamente se acaba de presentar en el Festival de Cine de San Sebastián el documental "Bicicleta, cuchara, manzana" sobre Pascual Maragall, quien padece la enfermedad desde el año 2007. El que fuera alcalde de Barcelona es una más de las 600.000 personas que padecen en España el llamado mal del olvido.

Así se manifiesta
El Alzheimer es un tipo de demencia que ataca a las células nerviosas del cerebro, provocando un progresivo deterioro de las capacidades del individuo. Al final, el paciente pierde todo control sobre sí mismo y depende absolutamente de otros.

Los síntomas de esta patología son, en un principio, similares a las señales típicas del envejecimiento, como el olvido o la dificultad para realizar determinadas tareas. Sin embargo, el Alzheimer va más allá y provoca alteraciones tan graves como la pérdida absoluta de la memoria, desorientación temporal y espacial, problemas de comprensión del lenguaje o falta de coordinación. De esta manera, la persona se va deteriorando lentamente, hasta que pierde todo el funcionamiento mental.

¿Cuál es su tratamiento?
De momento, esta enfermedad no tiene cura, si bien existen medicamentos (antidepresivos, tranquilizantes, antiinflamatorios...) que pueden ayudar a aliviar los síntomas del paciente. El diagnóstico tardío y la escasa implantación de los tratamientos son dos de los principales problemas que afectan a todos aquellos que padecen la enfermedad. Y no son pocos, pues el Alzheimer y las demencias afectan uno de cada ocho personas mayores de 65 años, y casi a uno de cada dos pacientes mayores de 85 años.

Factores de riesgo
Parece constatado que la edad representa uno de los principales factores de riesgo de esta enfermedad, pero, sin embargo, en los últimos años se han perfilado otros factores que influyen en la presencia de la misma. Además, no hay que olvidar que se está incrementando el número de nuevos casos de Alzheimer detectado en personas menores de 65 años. Así, algunos expertos en la materia apuntan a la existencia de ciertos factores genéticos que determinan que personas con antecedentes de enfermedad de Alzheimer tengan una mayor posibilidad de sufrir esta enfermedad. Asimismo, se está demostrando que los factores de riesgo cardiovascular como la diabetes o la hipertensión arterial incrementan el riesgo de padecerlo.

Aunque sigue siendo un terreno con muchos interrogantes y que debe seguir en constante estudio, los expertos sí que se atreven a apuntar que es fundamental evitar los factores de riesgo vascular, en especial el tabaco, la obesidad y el consumo de ácidos grasos, además de promover una dieta sana, que incluya alimentos ricos en antioxidantes.

La prevención, fundamental
El diagnóstico precoz se convierte también en un arma indispensable para combatirla, pues según los expertos, un tercio de la población con Alzheimer no acude nunca al médico, ya que identifican los síntomas como propios del envejecimiento. Así, los profesionales médicos insisten en la importancia de que la población se conciencie de que es fundamental acudir al médico ante la aparición del primer síntoma de esta enfermedad: la pérdida de memoria. Y es que el problema viene cuando se constata que una gran parte de los pacientes no acude al doctor hasta que no ha perdido muchas capacidades. Las posibilidades de tratamiento se complican en estos casos en los que la enfermedad está más avanzada. De hecho, desde que se detectan los primeros síntomas hasta que un experto diagnostica la enfermedad suelen transcurrir entre uno y dos años.

¿Y quién cuida al cuidador?
Durante mucho tiempo también se ha ignorado que los grandes afectados no sólo son los pacientes, sino los cuidadores de dichos pacientes. El impacto social y familiar del Alzheimer es enorme, debido, sobre todo, a la dependencia progresiva con respecto a las personas que atienden al afectado. Éstas se ven sometidas a una enorme presión psicológica, aumentada, en muchas ocasiones, por la falta de reconocimiento a una labor tan dura y prolongada. Hay que recordar que al menos ocho o nueve de cada diez cuidadores son parientes directos del paciente. Generalmente, esposa, esposo o hijos, aunque dado que la mayoría de los enfermos reside en su domicilio, los cuidados suelen recaer sobre el ama de casa.
Muchos cuidadores se autoconvencen de que son insustituibles y de que si no están ellos, el paciente sufrirá y se alterará, aunque la persona que lo sustituya sea de la familia, y lo que es peor, centran su vida en el cuidado del paciente y se olvidan de sí mismos. Cuando esta situación se presenta se debe estar prevenido y cortar con esa dinámica lo antes posible, pues su reconocimiento y la aplicación de soluciones irán en beneficio de todos. Resulta fundamental que el cuidador pueda disfrutar de tiempo libre sin sufrir sentimiento de culpa por ello y disponer con frecuencia de unos días de vacaciones.


Si quieres más información sobre esta enfermedad, puedes consultar las siguientes páginas web:

 http://www.todoalzheimer.com

http://www.ceafa.es/