Libros digitales, ¿cómo afectan a nuestra vista?
No te pierdas las recomendaciones para sacarles partido sin perjudicar a tus ojos
En apenas unos años, nuestras costumbres han cambiado de manera más que evidente. La revolución digital ha hecho que pasemos cada vez más horas con nuestros portátiles, consolas de videojuegos y ahora, también con los libros electrónicos. Aunque aún no es una costumbre demasiado extendida, lo cierto es que los 'e-books' parecen haber llegado para quedarse y son cada vez más las personas que se apuntan a leer sus libros en un formato digital. Los nuevos terminales de lectura digital prometen ser “de fácil lectura para nuestros ojos” o con “igual apariencia y capacidad de lectura” que un libro convencional. Pero es necesario preguntarse sobre cuál es la forma correcta de utilizarlos para asegurar nuestra correcta salud visual. Con la ayuda de Anabel Ríos, responsable de Desarrollo de Producto de Multiópticas, vamos a sugerir algunos consejos para una práctica saludable de los nuevos terminales.
- Si estás cansado, déjalo para otro momento. Es de sentido común y sucede de igual manera con un libro convencional. Para conservar la salud visual es bueno que los ojos tengan un trabajo adecuado, no demasiado intenso. Así, se puede leer libros en cualquier formato, siempre que no se tenga ninguna anomalía que lo dificulte o impida.
- Ojo con los reflejos. Los e-books cuentan con pantallas de tinta electrónica que no emiten luz; sin embargo, existen modelos que pueden retroiluminarse y que cuentan con un sistema activo de emisión, tal y como lo hacen los portátiles, el ordenador de mesa o la televisión. El uso de estos sistemas se suma al consumo diario que hacemos del resto de terminales, aumentando los riesgos sobre nuestra vista. La iluminación tiene que ser uniforme y la luz de trabajo debe ser colocada de manera que evitemos generar sombras.
- Utilízalos a una distancia adecuada. Se establece que la distancia correcta es de 35 a 40 centímetros. Además, en la mayoría de terminales es posible fijar un tipo de letra adecuado a cada usuario de manera que se evite una aproximación excesiva por dificultad en la lectura.
- La importancia de parpadear. Evita la sequedad ocular mediante sencillos parpadeos. Sin darnos cuenta, podemos estar forzando nuestra vista en especial cuando contamos con entornos de lectura “enriquecidos” (incluye vídeo, fotos, interacción, etc) que captan de forma muy intensa nuestra atención.
- Haz pausas. Es aconsejable realizar descansos de cinco minutos por cada hora de lectura, apartando la mirada de la pantalla y enfocando “de lejos” para que descansen los músculos del ojo.
- Organiza tu tiempo. Si bien todas las pantallas son adecuadas para un usuario que no cuente con predisposición a tener fatiga visual o problemas en su salud ocular, es bien cierto que las pantallas de plasma cuentan con mayor calidad de contraste, realismo en los colores y mejores ángulos de visión. Lo ideal es combinar este tipo de soportes con un tiempo adecuado de exposición; no es lo mismo su uso después de una maratoniana jornada de ordenador, que cuando venimos de pasar una jornada de relax en el campo.
- Y revisa tu vista. Pasar una revisión anual por un profesional del cuidado de la visión demostrará si la persona está preparada para realizar con efectividad las demandas que exige la lectura en soporte digital, además de detectar posibles problemas en cualquier otro ámbito.