"Una de cada cuatro personas adultas en nuestro país es obesa". Así de categórico se muestra el doctor Javier Foncillas, jefe de la Unidad de Cirugía Metabólica y de la Obesidad Mórbida del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, con motivo del Día Europeo de la Obesidad, que acaba de celebrar. El dato no hace sino constatar que la obesidad es ya en España un problema de salud de primera magnitud que afecta al 24% de la población de entre 20 y 60 años de edad.
“La obesidad se ha convertido en un problema de salud muy importante que amenaza la calidad de vida de quienes la padecen y, en ningún caso, se trata de un problema estético que pueda resolverse con cirugía plástica”, asegura el doctor Foncillas.
Y, además, las cifras van más allá: “Una de cada cuatro personas que ahora son obesas –añade Foncillas-, acabará desarrollando obesidad mórbida, la fase más avanzada y grave de esta enfermedad, sobre todo teniendo en cuenta que se asocia con multitud de dolencias como diabetes, hipertensión arterial, trastornos metabólicos y de circulación y enfermedades respiratorias como la apnea del sueño o el asma”. Este especialista asegura que la combinación “de la obesidad y sus complicaciones puede llegar a acortar hasta en 12 años la expectativa de vida de los afectados, en comparación con las personas con peso normal”.
¿Cuándo consideramos que es grave?
La obesidad se convierte en una grave enfermedad en aquellos pacientes con un Índice de Masa Corporal igual o superior a 40,n ó a 35 si en el paciente confluyen otras comorbilidades asociadas. En opinión de este experto, “las cifras actuales de obesidad son alarmantes y por ello es obligación de los profesionales de la salud alertar sobre sus devastadoras consecuencias, sobre todo cuando conocemos un dato aún más desalentador: la prevalencia de la obesidad infantil se ha triplicado en los últimos 15 años”, indica Foncillas.
¿Hay solución?
Aun así, hay un hueco para la esperanza, pues la obesidad se puede prevenir. De hecho, es la segunda causa de muerte prevenible, después del tabaco, en los países desarrollados. Por este motivo, añade el especialista, “el paciente obeso precisa de un abordaje integral, con el fin de garantizar no sólo la pérdida de peso sino también el estudio y el tratamiento de aquellos trastornos que pueden contribuir a la obesidad y de las complicaciones derivadas de la misma”.
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