¿Alguna vez has sentido la necesidad de picar entre horas cuando estás nerviosa? No estás sola. Y es que no es extraño que, cuando vivimos situaciones estresantes, a veces nos pasamos con la comida. Según el doctor Ignacio Ferrando, director de Comunicación Médica de Sanitas, “parte de nuestro instinto de supervivencia y autorrecompensa reside en la comida, lo que nos impulsa a buscar en ella instintivamente la satisfacción perdida en los problemas cotidianos”.
Y esto, como no podía ser de otra manera, puede influir de manera muy negativa en nuestra figura. Tal vez cuando te subas a la báscula, los efectos de ese picoteo compulsivo hayan aparecido ya. Y las consecuencias clínicas derivadas del exceso de peso son de sobra conocidas. Desde la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), apuntan, por ejemplo que el 53,5% de la población española entre 25 y 60 años presenta exceso de peso, de los que un 39% tiene sobrepeso y un 14,5% padece obesidad.
Por eso hay que ponerse manos a la obra y solucionar, de paso, dos problemas, la situación de estrés y el posible sobrepeso de él derivado.
Diez útiles consejos
El doctor Ferrando nos ofrece algunos consejos para evitar caer en un cuadro
de estrés y un aumento considerable del peso:
1. Ojo con el café y el alcohol. Evita ingerir café y alcohol y si lo tomas, hazlo de forma moderada. Estas sustancias sobreactivan el organismo y aunque provoquen una sensación de relajación, ésta es transitoria.
2. En forma. Haz deporte al menos tres veces por semana. El esfuerzo físico moderado estimula la segregación de endorfinas, que influyen positivamente en nuestro estado de ánimo.
3. Mantén una dieta equilibrada. Esto no sólo te ayudará a enfrentarte a situaciones de la vida cotidiana con mayor fuerza y aguante, además, verte mejor físicamente ¡te ayudará a mejorar tu estado de ánimo!
4. Bien alimentado. Ingiere alimentos ricos en vitaminas A, B y C y en minerales. ¿Tus aliados? Las frutas y verduras frescas, así como los frutos secos y el pescado al vapor, que te aportarán todos los nutrientes necesarios para evitar la fatiga y el estrés diario.
5. ¡A dormir! Duerme 8 horas diarias y procura seguir una rutina de sueño: nada de dormir poco entre semana y de pasar toda la mañana del sábado y el domingo en la cama. Dormir una media de ocho horas al día es lo ideal para que nuestro organismo esté al 100% al comenzar el día.
6. Tómate tu tiempo. Dedica al menos 15 minutos cada día para cerrar los ojos, respirar profundamente y dejar la mente en blanco. ¡Te lo mereces!
7. Actitud positiva. Piensa que todo pasa y busca recompensarte de los malos ratos de otra manera que no sea comiendo.
8. Busca tu estilo de vida. Cada cierto tiempo, escribe tu escala de valores en la vida y comprueba si se corresponde con el tiempo que dedicas a cada uno de ellos. Si no es así, haz un esfuerzo por cambiar de estilo de vida.
9. ¡S.O.S! Si solo no puedes hacer frente a tu situación, acepta la ayuda de los que más te quieren. Apóyate en familiares, amigos e incluso profesionales que te echen una mano.
10. Aprende a disfrutar... de los pequeños placeres de la vida, sonríe más y trata de controlar tus emociones evitando caer en la tentación de refugiarte en la comida.
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