Si tenemos en cuenta la larga historia de la medicina, no resulta atrevido asegurar que la preocupación por las patologías específicamente femeninas es un fenómeno que no ha comenzado a desarrollarse hasta hace algunas décadas. Por eso, los descubrimientos en torno a la importancia vital que las hormonas juegan dentro del organismo de la mujer son en cierto, modo recientes. Cada día se conoce mejor el papel fundamental que estos transmisores naturales del organismo desempañan en todas y cada una de sus funciones, incluidas las relacionadas con la salud y belleza de la piel.
Cuando la mujer entra en el periodo de la menopausia, sufre un descenso en la producción de estrógenos, lo que afecta directamente a la síntesis de proteínas, la capacidad de nutrición y la densidad de la piel. En resumen, se hace más frágil. Para combatir estos efectos del paso del tiempo, la última generación de cosméticos contiene agentes capaces de estimular a la piel desde dentro. En vez de aportar las sustancias desde fuera, lo que no deja de tener una eficacia limitada, estimula a las propias células para que formen colágeno y elastina por sí mismos.
Las fitohormonas, respuesta natural al envejecimiento cutáneo ¿Qué son y para qué sirven? Las fitohormonas son extractos vegetales que pueden actuar como hormonas naturales gracias a que poseen una estructura molecular muy similar. Y es que las hormonas activan determinadas funciones celulares, como la creación de colágeno, al encajar como una llave en las "cerraduras" que se encuentran en la membrana de la célula. Pero si el organismo no las produce de forma natural, como sucede durante la menopausia, se corta ese proceso. Las fitohormonas son hormonas "light" que actúan como si fueran copias de esas llaves. Encajan también en la célula, la engañan, y la motivan para funcionar al cien por cien.
Dentro de las fitohormonas destacan: La soja. Este alimento básico en Oriente se ha convertido en una alternativa suave y natural para aliviar los síntomas asociados a la menopausia tales como sofocos, aumento de peso, cambios de humor u osteoporosis, siempre y cuando no sean demasiado severos. La soja es rica en isoflavonas, sustancias similares al estradiol (estrógenos), por lo que suple su carencia. Raíz de peonía. Como la soja, es muy similar al estradiol, y potencia la producción de colágeno. Isoflavonas de iris. Reactiva las funciones naturales de la piel.