Muchos se ha hablado ya de los efectos negativos del tabaco en nuestra salud cardiovascular. Pero, pese a la insistencia, nunca está de más recordarlo. De hecho, según la Fundación Española del Corazón, en España mueren cada año 45.000 personas a causa del tabaco. Y es que el tabaco está relacionado con toda clase de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Y, sin embargo, es el factor de riesgo de más evidente solución. Se puede dejar de fumar y existen terapias de apoyo, incluso farmacológico, para superar los síntomas de ansiedad e irritabilidad que suele producir la abstinencia.
En lo que se refiere a su impacto en el sistema cardiovascular, la incidencia de la enfermedad coronaria es tres veces mayor en los fumadores. El riesgo es proporcional al número de cigarrillos diarios y al número de años que se lleva fumando. La nicotina facilita el daño de las paredes internas de las arterias, altera la coagulación y aumenta los niveles de colesterol. El monóxido de carbono, por su parte, disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el riesgo de la formación de trombo, también aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria. Sin olvidar, además, que este daño se extiende a los fumadores pasivos. ¿No cree que puede ser el momento de apagar definitivamente el cigarrillo?
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