Su detección precoz es fundamental para evitar complicaciones más graves y, sin embargo, cerca de 1,7 millones de españoles tienen insuficiencia renal y no lo saben. Este preocupante dato ha sido hecho público por la Sociedad Española de Nefrología, con motivo del Día Mundial del Riñón, que se celebra hoy 9 de marzo. Y a él hay que sumar que en España hay más de 40.000 personas que están en tratamiento renal sustitutivo mediante diálisis o trasplante renal, y, en el mundo, cerca de 500 millones de personas viven con enfermedad renal. Cifras bastante preocupantes, que, además, pueden ir en aumento en el futuro, lo que justifica que se hable de la enfermedad renal como una de las epidemias del siglo XXI.
"Diversos factores, como el peso al nacer, condicionan nuestra masa renal; por ello, a medida que avanza nuestra vida no todos disponemos del mismo grado de función renal: unos llegan al 100%, otros se quedan en 70% y no lo saben. Esas personas con leve insuficiencia renal tienen mayor predisposición a padecer una enfermedad renal o cardiovascular, lo que puede suponer una limitación de su calidad de vida a medio o largo plazo. Por ello es fundamental diagnosticar precozmente a esta población asintomática antes de que desarrolle una enfermedad", asegura el Dr. Javier Lavilla, especialista de Nefrología de la Clínica Universitaria de Navarra.
El problema se incrementa teniendo en cuenta que la insuficiencia renal es el factor de riesgo más importante relacionado con la patología cardiovascular. "Cuando los riñones no funcionan adecuadamente se produce, entre otras cosas, un manejo incorrecto del medio interno que favorece la aparición de hipertensión arterial. Por otro lado, la depuración insuficiente de la sangre acaba afectando a la salud de las arterias, por lo que las consecuencias son muy importantes", explica. Según el doctor Lavilla, "la salud renal redunda siempre en la salud del organismo. Sin embargo, el riñón es el gran desconocido: es víctima y verdugo de numerosas enfermedades".
¿Pero, qué factores pueden perjudicar el trabajo de nuestros riñones? Entre otros, la hipertensión arterial mal controlada, la diabetes, la obesidad, el abuso de sal en la dieta o el empleo inadecuado de medicamentos, sobre todo antiinflamatorios. Por ello, existen una serie de recomendaciones muy útiles para cuidar nuestra salud renal, como pueden ser vigilar la tensión arterial, el peso y someterse a analíticas bioquímicas rutinarias de forma periódica; llevar una dieta sana, lo más cercana posible a la mediterránea, con una ingesta de líquidos adaptada a cada circunstancia personal (alrededor de un litro y medio diario); no automedicarse, evitar medicamentos que pueda afectar al riñón de forma crónica; y realizar una revisión exhaustiva a nivel renal si se detecta algún tipo de anomalía en los análisis de sangre y de orina.
Desde la Federación Nacional Alcer (Asociaciones de Lucha contra la Enfermedad Renal), además, se ha puesto en marcha el Teléfono de Información sobre la Enfermedad Renal (902 99 96 11) destinado a todos los ciudadanos que necesiten información sobre las patologías renales.