6. Es necesario consultar con el ginecólogo antes de iniciar un método de planificación familiar. En el caso de los anticonceptivos hormonales, el DIU, el diafragma, o la esterilización, es imprescindible la realización de un examen ginecológico completo. Estos también requieren la prescripción médica correspondiente y un control facultativo periódico (normalmente anual).
7. Algunos métodos anticonceptivos (fundamentalmente los hormonales) pueden tener efectos secundarios (alteraciones digestivas, alteraciones menstruales, pequeñas variaciones en el peso, aumento de la tensión mamaria o cefalea). Es conveniente informarse previamente de éstos y saber cuáles son los pros y los contras del tratamiento iniciado. Ante cualquier reacción adversa o duda, debe acudir o consultar con el ginecólogo en cuanto sea posible.
8. Los métodos anticonceptivos reducen los riesgos de embarazo, pero no los eliminan. Su eficacia varía según el tipo elegido y su forma de utilización (a mayor precisión en su uso, mayor eficacia).
9. La eficacia anticonceptiva es la capacidad de un método para impedir la gestación. Existen diferentes factores que influyen (frecuencia del coito, índice de fecundidad personal, tipo de método, forma de utilización...). A efectos prácticos, consideraremos la eficacia teórica y la eficacia de uso, condicionada esta última por las alteraciones respecto al uso ideal.