Los Príncipes de Asturias llegaron, pocos minutos antes de las 11 de la mañana, a la Santa Sede para recibir la bendición del papa Juan Pablo II a su matrimonio, siguiendo la tradición familiar de la Casa Real española de acudir a visitar al Pontífice tras la boda.
Los Príncipes, que pusieron rumbo a la Ciudad Eterna ayer desde Madrid, aterrizaron pasadas las 18:30 horas, acompañados por el jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza. En el aeropuerto, les esperaba el embajador de España ante la Santa Sede. A continuación, don Felipe y doña Letizia se dirigieron a la embajada de España ante la Santa Sede y la orden de Malta. Un bello palacio, ubicado en el centro de Roma, junto a la plaza de España, que, desde 1647, alberga esta representación diplomática y en el que los Príncipes se han hospedado durante su estancia en Roma.
De negro y con mantilla española
Los Príncipes -don Felipe con frac, el Toisón de Oro y la Banda de la Orden de Carlos III y doña Letizia con un traje negro largo, la tradicional mantilla española y la Gran Cruz de la Orden de Carlos III- llegaron a la audiencia privada con el Papa por el patio de San Dámaso, en donde fueron recibidos, con el tradicional saludo de honor del pelotón de alabarderos de la Guardia Suiza, por el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo James Harvey.