Una web para luchar contra la anorexia y la bulimia

Su objetivo es contrarrestar el efecto de otras páginas que hacen apología de estos trastornos alimentarios

Por hola.com

El tema es, cuando menos, preocupante. Sobre todo teniendo en cuenta las cifras de afectados, que siguen en aumento. La anorexia y la bulimia son dos de los problemas más graves a los que se enfrentan las adolescentes de nuestro entorno. Un problema que, con las nuevas tecnologías, ha llegado a Internet, y son muchas las webs que hacen apología de estos trastornos de la conducta alimentaria. De hecho, en España acaban de cerrarse más de 30, algunas de las cuales recibían cientos de visitas diarias.

Para contrarrestar el efecto de estas páginas pro-Ana y pro-Mia, nombres con los que las usuarias identifican la anorexia y la bulimia respectivamente, acaba de surgir en España una iniciativa que ha creado una web que trata de combatir este problema.

Así, con la ayuda del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Nuñez Morgades, y la Asociación Protégele, surge www.anaymia.com, una página que emplea el mismo lenguaje y formato que el que usan las demás y los peligrosos foros que las jóvenes visitan habitualmente. Así, a través de diferentes enlaces, se va desmontando un conjunto de falsos argumentos y trucos que algunas adolescentes creen a pies juntillas.

Y es que el problema es muy serio. Algunas enfermas, pues un 95% son chicas (de estas usuarias, un 78% eran menores de edad y un 10% tenían menos de 14 años), crean estas páginas y foros, comparten con el resto trucos -la mayoría de los cuales carecen de fundamento científico- y las dietas de mayor éxito, además de consejos para engañar y disimular frente a los padres, e incluso, medicamentos (en ocasiones, ilegales).

"Hacen cosas tan terribles como carreras de kilos a través de la web. Es decir, apuestan a ver cuánto peso pierden en una semana y lo van narrando día a día", explica Guillermo Canovas, presidente de Protégeles. Así, se crea una especie de comunidad de adolescentes que comparten ese estilo de vida; un estilo, no hay duda, muy peligroso, que pone en riesgo su salud y que debe ser vigilado, tanto por las autoridades como por los padres.