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El color morado se apropia del salón, creando un ambiente fresco y personal, al mismo tiempo, donde muchas de las piezas han sido restauradas por el diseñador. © Manolo Yllera

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Los fuertes colores de las obras de arte, como esta fotografía de Ola Kolehmainen, le permiten al interiorista Jaime Beriestain (jaimeberiestain.com) dar perspectiva y profundidad a los distintos espacios de la vivienda. © Manolo Yllera

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En el otro lado del salón, una estantería alberga un gran número de libros (la lectura es una de las pasiones del diseñador), donde también destacan una mesa de Los Eames y las sillas de Mies Van der Rohe. © Manolo Yllera

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Si el morado dominaba en el salón, el comedor se tiñe de azul, gracias a las sillas restauradas por el interiorista y por la alfombra de The Rug Company (en BSB). © Manolo Yllera

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La fusión de las piezas 'vintage' y las obras de arte, señas de identidad de Jaime Beriestain, son una constante en las distintas estancias de la casa. © Manolo Yllera

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Los marcos lacados en negro de la ventana y los asientos de colores dan pinceladas llenas de frescura a la cocina blanca nieve de Bulthaup.© Manolo Yllera

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La amplitud del espacio permite establecer distintas zonas, lo que proporciona una mayor vida al dormitorio. Sensación que se incrementa con las obras de arte que visten sus paredes. © Manolo Yllera

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La luz natural se cuela por los grandes ventanales, cuyo marco lacado en negro permite entender las proporciones de la estancia, resaltando el resto del ambiente. © Manolo Yllera

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El otro cuarto de baño también cae rendido al arte. Lámpara de Tom Dixon es uno de los pocos objetos que no pertenece al siglo XX. © Manolo Yllera

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