Un 'hotel paisaje' y una experiencia gourmet para dar la bienvenida al otoño
Déjate seducir por tu lado más ‘slow’ con un hotel inmerso en la naturaleza y la apertura de dos restaurantes que encuentran en los productos naturales su fuente de inspiración
Lo natural está de moda, por eso este otoño nuestros estrenos preferidos están relacionados, de alguna manera, con este concepto. Un hotel paisaje (sí, sí, has oído bien) que nos sumerge de lleno en un espectacular valle alicantino, ofreciéndonos la posibilidad de vivir una verdadera experiencia turística ‘inspiracional’ y dos restaurantes que abogan por un interiorismo personalizado, donde además de comer (y comer bien) arroz o pasta (la cocina mediterránea sigue marcando tendencia) se busca que el cliente disfrute de una experiencia gourmet.
Un hotel paisaje en el Valle de Guadalest (Alicante)
VIVOOD Landscape Hotels (vivood.com) no es un establecimiento hotelero al uso, tal y como concebimos un hotel de cinco estrellas, pero sí es una morada exclusiva y única que invita al huésped a respirar, desconectar y reencontrarse con uno mismo. Una propuesta que te sumerge en la naturaleza (la sesión de astronomía resulta fascinante), pero sin renunciar a las comodidades de un hotel de lujo. ¡Pura tentación!
Ubicado en una parcela de 84.000 m2 dentro de un entorno privilegiado, cuenta con 25 suites independientes (preciosas cabañas en la montaña) que siguen los principios de la arquitectura sostenible, con un consumo responsable, la recuperación ecológica y el empleo de energías renovables. Totalmente integradas en el paisaje, sus grandes ventanales poseen la capacidad de eliminar las fronteras visuales del interior con el exterior, potenciando aún más la mimetización con el ambiente. Sin duda, una oferta distinta, pero muy especial.
La fusión del paladar y el diseño
Un diseño afable y detallista donde todo el mundo se sienta a gusto define el proyecto de interiorismo, obra de BATUA Interiores Creativos (batua.es), del restaurante Cullera de Boix (culleradeboix.com). Y lo consigue. Los amplios espacios crean un clima equilibrado e íntimo. El arroz, protagonista (casi) absoluto de su carta también se deja sentir en la decoración a través de las geometrías de los campos y la paleta de colores naturales, logrando que las sensaciones acompañen los placeres del paladar.
Sin olvidar el homenaje modernista que encierra el interiorismo con la presencia de vitrales con un punto de color, el mosaico hidráulico y las barandillas de forja. La iluminación juega un importante papel en este proyecto, donde las luminarias puntuales bañan paredes y crean focos potentes de gran teatralidad para remarcar el claroscuro y acentuar el volumen natural de molduras y tapizados. Una (deliciosa) experiencia en el plato que se potencia gracias a la atmósfera de la decoración que te rodea.
El placer de las cosas (y la comida) sencillas
Todavía rompiendo la cinta de inauguración, La Casa Bianca (Barcelona) nace de la idea de crear un lugar donde disfrutar de los pequeños placeres, como la comida sencilla y bien hecha. La carta se estructura alrededor de la pasta (aunque no solo de ella), un ingrediente sano y tremendamente popular que posee mil caras.
Con un look ‘total white’, el blanco se apodera de todos los elementos del interiorismo, desde las paredes al mobiliario, y es la comida la encargada de poner la nota de color. Es como imaginar un lugar donde reine el silencio y el único sonido que se escucha es lo que uno puede saborear. Los materiales naturales y artesanales son los elegidos para decorar el lugar, reforzando la idea y la filosofía de vida de la autenticidad de las cosas sencillas, hechas con mimo y sin prisa. En una sociedad en continuo movimiento, este restaurante supone un alto en el camino, un lugar perfecto para hacer una pausa.