Look industrial: una casa con espíritu de loft
Un estilo atemporal que se hace más cálido con el fin de incorporarlo a la decoración del hogar actual. ¡Así se logra!
Grandes espacios diáfanos, donde los elementos arquitectónicos tienen tanto protagonismo como el mobiliario, de materiales nobles y de líneas sencillas y rectas, dotándole de un toque que nos recuerda a las fábricas de los 40. La funcionalidad y el respeto por los elementos arquitectónicos son dos de las claves de este estilo, que hoy ofrece su cara más relajada y menos fría. Estas son las claves para conseguir este look en tu casa.
Su pasado
Nació con la conversión de antiguas fábricas y naves en viviendas con espíritu de loft. Nueva York es, sin duda, la inspiración de este estilo lleno de guiños a la city. Espacios diáfanos, que desnudan las estructuras, con paredes de ladrillo, columnas metálicas o suelos de cemento, que evocaban el pasado urbano y la arquitectura como elementos esenciales. Como ‘vive’ en grandes espacios, se muestra mejor a través de grandes ventanales y techos altos que multiplican la luz y los metros. Sin olvidar su carácter funcional, una de sus señas de identidad más importantes.
Espacios al desnudo
Paredes de ladrillo, suelos de cemento, tuberías y columnas metálicas… Nada se oculta si no que se muestra y forma parte del ambiente. Los elementos arquitectónicos tienen vida propia y ayudan a configurar los espacios, imprimiéndoles ese sello factory, que le define y le otorga fuerza y carácter.
Se trata de un estilo sencillo y funcional, por este motivo evita recargarlo con muchas piezas y apuesta por el minimalismo: sólo las piezas prácticas que necesitas en tu vida diaria. La simplicidad es fundamental para este look.
Respecto a los colores, a los cementos y a los grises se les une el blanco en todas sus versiones, desde el puro hasta el roto, más confortable. Si quieres introducir una pincelada de color, hazlo únicamente en las piezas temporales, en los cojines, por ejemplo, que los renovamos cada cierto tiempo o en elementos secundarios, como una silla. Nunca en los muebles protagonistas del espacio.
Muebles funcionales
Todo al servicio del carácter práctico, nada debe ser superfluo o innecesario, sino que debe tener una función en el espacio. Se trata de un look amante de los materiales nobles, por lo que la madera, el hierro o el metal son sus principales aliados. Son piezas llenas de fuerza visual, que no hacen concesiones a materiales de nueva generación. Piezas pesadas de líneas rectas, con grandes ruedas o partes desgastadas y oxidadas.
Han de ser elementos que resalten la naturaleza de los materiales, que se ofrezcan puros, sin artificios ni acabados, que desnuden la estructura. Por este motivo, se ven desgastados, con cierto aire retro lleno de encanto: los de oficio son una apuesta segura. Las luminarias fabriles, con campana de metal de aspecto antiguo y los espejos son dos otros básicos que te ayudarán a recrear esta atmósfera de una forma fácil.
Neo-industrial: más cálido
Hoy lejos de ser un espíritu frío incorpora ciertos toques de calidez a través de los accesorios, las telas, las alfombras o materiales naturales, que hacen más acogedor el ambiente respetando, eso sí, sus señas de identidad. Este neo-industrial es una versión más relajada del original, en el que incluso tienen cabida las plantas y en donde pueden incorporarse ‘separaciones invisibles’ (tabiques de cristal, muebles que actúen como biombos…) que dividan el espacio, para otorgarle mayor funcionalidad.
Este estilo decorativo es una apuesta segura, sobre todo en espacios de grandes dimensiones, ya que no entiende de modas y resulta siempre atractivo visualmente y con personalidad propia.