El cobre, un metal que se reinventa como elemento decorativo
Este metal noble que produce destellos, es muy dúctil, fácil de moldear y bactericida, se ha convertido en un must have de la decoración de interiores. Digamos que, por fin, ha salido de la cocina
Nos hemos referido en otras ocasiones en esta sección al uso en decoración de algunos metales, como por ejemplo, la plata. En realidad son tendencias que van y vienen. Y una de las que hemos visto hacerse fuerte con más ganas este año que termina y que apunta con énfasis para el que viene, tiene que ver con el empleo del cobre en objetos relacionados con la decoración.
En realidad, es un metal que ha sido empleado en artículos de hogar desde siempre. En efecto, es uno de los materiales más tradicionales en la fabricación de objetos cotidianos para la casa —sobre todo para la cocina— como teteras, sartenes o cacerolas. Quizás porque es muy buen conductor de calor. O quizás por la belleza y sensación de calidez que transmiten sus brillos metálicos y sus reflejos rojizos. Claro, que también hay que tener en cuenta que elimina de forma natural los gérmenes del agua.
El caso es que ha traspasado los usos tradicionales para convertirse en material de casi cualquier tipo de elemento decorativo. Tanto es así que lo hemos visto en baterías de cocina de alto diseño, pero también en boles o jarrones, en mesas auxiliares, espejos y hasta sillas. Pero debes de tener cuidado.
Como con cualquier otro material con tanta presencia visual, no debes abusar. Por mucho que te guste, has de usarlo con moderación. Porque precisamente por su aspecto metálico, brillante y rojizo se convertirá en el protagonista del espacio. Por eso, lo más sencillo es apostar por el cobre en elementos no muy grandes ni aparatosos. Desde bolas de adorno a espejos o marcos de fotos.
En caso de que seas atrevida y te apetezca darle un giro al aspecto de tu casa, también vas a encontrar piezas más contundentes, cuyo peso visual deberás contrarrestar con un entorno de colores neutros o pasteles en paredes, textiles y resto de piezas de mobiliario como sofás o mesas.
Tienes la suerte de que el cobre ‘guarda buenas relaciones’ con otros materiales como la madera, el granito o la piedra. De hecho, la mayoría de las veces los muebles voluminosos irán combinados con estos elementos. O con cristal, que ejercerá de contraste visual perfecto, a ser mucho más ligero.
Pero si hay un tipo de elemento que ‘se está aprovechando’ del tirón del cobre en decoración es la iluminación. Probablemente, este boom tenga que ver con la calidez que otorga al ambiente la luz reflejada en una pantalla de este material. El caso es que lo hemos visto en catálogos de multitud de firmas, nacionales e internacionales. Por ejemplo, en pies de lámparas de sobremesa —las pantallas en colores neutros, por supuesto— pero, sobre todo, en luminarias de suspensión. Y es un acierto porque decoran a la perfección cualquier estancia de la casa. Desde la cocina al salón. Y, por qué no, el dormitorio principal.
Uno de los motivos del éxito de este metal noble tiene que ver con que encaja perfectamente con los ambientes que son tendencia. Por ejemplo, los rústicos. En un comedor de una casa de campo o de montaña, por ejemplo. Con elementos relacionados con la chimenea, sin ir más lejos.
Pero también con el estilo industrial, porque le da un toque vintage muy acertado. Piensa que uno de los trucos de este tipo de decoración tiene que ver con elementos típicos de fábricas o industrias. Y el cobre se ha empleado desde siempre para tuberías y conductos eléctricos.