Con el día 1 de diciembre a la vuelta de la esquina —más bien del fin de semana— es obvio que la Navidad está encima. Tanto si nos gusta como si no, los anuncios de juguetes y de colonias ya han hecho su aparición en todas las cadenas de televisión; los lineales de todos los supermercados están abarrotados de turrones y polvorones; y en las tiendas de decoración y bricolaje no cabe un alfiler por la proliferación de árboles, adornos y luces de Navidad.
Si eres de las que disfruta de estas fechas, aprovecha y hazlo desde el primer momento. Si eres de las que lo aborrecen, no te queda más remedio que unirte. Así que empieza por ver lo positivo que tiene esta época y pásalo lo mejor que puedas. Comienza, por ejemplo, por decorar tu casa de Navidad. Y hazlo con buen gusto y, sobre todo, con ilusión.
Lo segundo, depende exclusivamente de ti. Pero para lo primero, queremos echarte una mano. Para ello, hemos pedido ayuda a la interiorista Alejandra Pombo. Para ella, a la hora de preparar la Navidad —“como con cualquier celebración”—, es importante empezar por plantearse, “¿qué es lo que quiero transmitir y con quién voy a compartir ese momento? Porque la decoración es algo que nos identifica, habla de nosotros, de nuestra casa y de la forma que tenemos de entender la Navidad. La decoración nos ayuda a crear un ambiente cálido y mágico para esos días de reuniones familiares”.
Quizás por eso, Alejandra apuesta por poner a prueba nuestra creatividad. "Yo siempre recomiendo que sea lo más manual y artesano posible, haciendo partícipe al resto de la familia. Involucrarnos todos, convierte el momento de la decoración en inolvidable, además de ser una bonita tradición anual”. No cabe duda de que lo mejor es conseguir ese ambiente de ilusión entre todos y cada uno de los miembros de la familia. Y, si se puede acoplar algún amigo, aún mejor.
Ya tenemos claras las intenciones. Ahora, vamos a por los cimientos: “Como base no puede faltar el verde. Los diferentes verdes y marrones nos darán esa sensación campestre tan navideña. Para eso utilizaremos madera, musgo, el abeto, corteza de árbol, ramas, piñas... Todos estos elementos podemos encontrarlos en el campo o en cualquier vivero”, comenta la interiorista. Ya tenemos la base. “Añádele un toque rojo que podemos conseguir con acebo y muérdago”.
A partir de este momento hemos de poner toda nuestra imaginación a trabajar. “A mí, en particular, me gusta mezclar toques de fantasía y tradición. Me encantan las bolas de Navidad con efecto espejo antiguo de diferentes tamaños, no solo en el árbol, también colgadas por la casa. Adornos en plateado, dorado, cobre o madera son sin duda mis favoritos. Recipientes de piedra y espejos antiguos dan ese toque de tradición y añejo que tanto me gusta”. Además del árbol, Alejandra recomienda ir un poco más allá y decorar diferentes zonas de la casa: “Un elemento que nunca falta en mi casa son las coronas de Navidad, se pueden colgar en la pared o colocar con una vela en su interior, a modo de centro de mesa”. Se pueden utilizar para ello adornos adquiridos en tiendas o se pueden hacer con los elementos de los que dispongamos o hayamos cogido en el campo: “A mi me gusta emplear pinsapo, trigo blanco, acebo…”
Es importante terminar con una buena iluminación: “Tenemos que crear un ambiente cálido y de fantasía y lo conseguimos utilizando luces bajas, muchas velas, todo ello apoyado con la iluminación que nos da el propio árbol con guirnaldas lumínicas”. En cuanto a la mesa, Alejandra recomienda “recurrir a fuentes grandes, candelabros, cubiertos antiguos y centros de flores en cristales de diferentes alturas… Es el momento de jugar mezclando vajillas de diferentes estilos y colores”, asegura.