El estilo folk en decoración, ¿te apuntas a esta tendencia?
Este estilo decorativo ha llegado a nuestro armario y se ha apropiado de nuestro 'look' más joven. Pero también de la decoración de nuestro hogar. No te hagas de rogar y toma nota de estas recomendaciones para darle a tu casa un toque bohemio inspirándote en los años 70
Lo hemos visto en las pasarelas que presagiaban qué se iba a llevar este otoño invierno. El folk iba a ser una de las tendencias de esta temporada. Nos lo hicieron saber firmas de primera como Burberry Prorsum, Etro o Hermés. Y, hasta hace unas semanas los catálogos de grandes almacenes y multitudinarias firmas también lo presagiaban. Pero ahora ya lo podemos ver en la calle. Y claro, como es habitual, las tendencias que adquieren tanta fuerza en moda, se trasladan, antes o después, a la decoración. Dicho de otro modo, pasa de nuestro ropero a nuestro sofá. Y en esta ocasión, esa ‘traslación’ ha sido realmente rápida. Quizás porque denota un estilo muy juvenil, porque se suele poder completar con accesorios y textiles que no suben mucho los precios, porque es alegre y dinámico…
En efecto, el streetstyle se ha plagado de ese estilo que tanto solemos —mejor diremos solíamos— identificar con los años 70 y grandes eventos como Woodstock. Vamos, que esta tendencia ha vuelto a ascender a las alturas prendas como ponchos, livianos vestidos estampados, faldas ultralargas, sombreros de ala ancha y punto, mucho punto.
Pero quizás no sepas exactamente cómo has de organizar tu casa —o simplemente tu salón— para darle esa inspiración folk. No te preocupes. Te vamos a dar algunas pistas para conseguirlo. Porque aunque se inspire en la moda, no se repiten todos los elementos que ves en las prendas de vestir.
Pero sí algunos. Por ejemplo, los colores alegres y mezclados unos con otros. Pero no te pases. Las paredes, mejor que sigan siendo en colores neutros —salvo estudiadas excepciones—. Vas a encontrar multitud de piezas de mobiliario en los que se mezclan los colores intensos: rosas, rojos, verdes… Pero también textiles. En este campo, no temas mezclar estampados, colores, texturas, incluso materiales. Un ejemplo para que lo entiendas enseguida: el patchwork es una técnica perfecta para dar ese toque setentero a tu casa.
Además de los colores, verás que se reivindican los trabajos artesanales. Así que las colchas, los cojines, las cortinas y hasta las toallas estarán enmarcadas con crochet, bordados a mano, tejidas a base de punto (knitt). A veces grandes motivos; otras, pequeños detalles.
Pero también las piezas de mobiliario. Y aquí te servirá lo que hayas querido recuperar del antiguo desván de la abuela. O que hayas comprado en un mercadillo de la calle. Eso sí, en lugar de restaurarlo perfectamente, déjale un aire más desvencijado. Incluso píntalo en un color que destaque.
Por supuesto, has de apostar por materiales naturales. No sólo en la madera —mejor aún si está sin tratar— habita el espíritu folk. Coloca en el rincón que quieras dedicar a este estilo un puf, un cesto, un revistero, una alfombra o una butaca de materiales vegetales como el mimbre, el bambú, el esparto o el corcho. Porque la deco folk venera lo exótico, la mezcla de culturas y lo eco.
En cuanto a estampados, tienes dos opciones con las que acertarás de lleno. Por un lado, las figuras geométricas —los cuadrados son perfectos—, eso sí, en colores vivos. Por ejemplo, un kilim. Y, por supuesto, las flores. En los almohadones, en las paredes… Y al natural, en jarrones de cristal transparente, sencillos, nada aparatosos. Mejor aún si reutilizas viejas botellas.
El toque de distinción folk definitivo lo conseguirás mezclando platos, vasos y copas de diferentes vajillas y cristalerías. Como si los hubieras adquirido en una tienda de antigüedades o los hubieras recuperado de casas de distintos familiares. Eso sí, trata de que sean de porcelana. Olvida definitivamente las melaminas y otros plásticos.