Tan solo unas semanas atrás pudimos comprobar en esta sección que, tal y como sospechamos, el vestidor de Carrie Bradshaw o, mejor dicho, su alter ego en la vida real, Sarah Jessica Parker, es espectacular. Amplio, espacioso, perfectamente montado con muebles, barras de colgar, zapatero… Con suficiente espacio para maniobrar y elegir el modelo del día —o la noche—… Y encima, abarrotado. ¡Y eso que era el del piso que tiene a la venta!
Y es que no podemos negarlo: contar con un buen vestidor es algo así como la ilusión de muchas de nosotras. Forma parte del imaginario colectivo de lo que entendemos por ‘felicidad’. Es cierto que no todas las viviendas cuentan con el espacio necesario para montar uno de estos soñados rincones. Pero también lo es que a veces, con buenas intenciones, un huequito y muchas ideas estupendas, se puede conseguir algo parecido a lo que tiene la protagonista de Sexo en Nueva York.
Es lo que te proponemos para hoy. Crear una zona ‘tuya’ y de tu ropa, en la que puedas tener todas tus cosas ordenadas, estiradas, para que vestirte cada mañana deje de ser un caos. Tienes varias opciones. La primera, desde luego, es que la casa en la que vives tenga un espacio acondicionado para montar un vestidor. Es decir, una zona anexa a modo de pasillo en la que poner tu ropa.
Es poco habitual, lo sabemos. Así que quizás cuentes con una habitación vacía en la que montar tu vestidor. Elige la que esté más próxima a tu dormitorio. Otra opción es que sea la más cercana a un cuarto de baño que vayas a convertir en propio. En caso de que no cuentes con este espacio libre y sí una habitación amplia, móntate el vestidor a los pies de la cama, a continuación de la misma.
Una vez que tienes el lugar, has de saber que hay una serie de elementos esenciales que deberás colocar. Empezando, evidentemente, por los armarios. Es perfecto que sean cerrados o, al menos, que les coloques un ‘techo’, para preservar la ropa del polvo. Si quieres tener las prendas a la vista, coloca sobre cada zona de barra un estante. Es una solución muy práctica porque podrás colocar cosas sobre ellos.
Claro que a la hora de hacerte con el mobiliario, no puedes olvidarte tampoco de las cajoneras. Para vestir los armario o para completar el espacio de almacenaje. Procura que sean anchos mejor que profundos, para que te resulte más sencillo encontrar lo que buscas en cada momento. Y que cuenten con divisores y distribuidores para evitar que la ropa son se te pierda y no se arrugue.
Tampoco puedes olvidar una zona a modo de zapatero. En efecto, aunque a menudo te muestran vestidores con los zapatos a la vista. Pero recuerda que desprenden olor y que no siempre están tan limpios como para presumir de ellos. Vamos, que te hagas con un zapatero. Los tienes transparentes o para colgar de la barra del armario si estás más justa de espacio. Elige según tus necesidades y posibilidades.
Existen otros dos elementos esenciales en cualquier vestidor o zona de vestir. Por un lado, un asiento. Son ideales los asientos descalzadores de ‘casa de la abuela’. Además podrán darle a tu rincón un toque decorativo vintage que será todo un acierto. De nuevo podemos no tener tanto hueco, así que mira si puedes situar un banco a los pies de la cama. Un puff puede hacer las veces de descalzadora, pero con colores y un diseño moderno.
No olvides colocar un espejo. Ciertamente parece una obviedad. Pero a veces estamos tan centrados en piezas importantes y voluminosas que nos olvidamos de algo tan importante como el espejo en el que nos vamos a reflejar. Ese marco que nos va a decir si estamos o no listas para una nueva jornada. Y ten en cuenta que ha de ser bastante largo. No puedes salir de casa sin saber cómo quedan los pantalones con los zapatos que has escogido.