Ideas para montar el despacho en casa
Si estás pensando montar un despacho en tu casa, recuerda que vas a necesitar tres elementos fundamentales: espacio, un escritorio y una silla. Toma nota de nuestras recomendaciones
Trabajar desde casa es una tendencia evidente en el mundo laboral. Sobre todo para las mujeres, que vemos en este modelo de trabajo una forma de permanecer inmersas en el mundo laboral, pero sin dejar de lado a la familia. Así que son muchas las mujeres que pactan con las empresas. O que, directamente, deciden montar su propio negocio y llevarlo desde un rincón de casa.
Hasta ahí suena perfecto. Pero a partir de ese momento empiezan las desventajas. Porque tienes que encontrar un hueco donde instalar una mesa escritorio, una silla y, probablemente, algunos libros, papeles, revistas… Lo perfecto es que cuentes con una habitación para ti sola. Pero no nos engañemos. Es una situación tan idílica como poco habitual.
Así que deberás encontrar un rincón muerto en algún lugar de la casa. Por ejemplo, el salón. Quizás tengas un hueco entre dos columnas difícil de aprovechar. Si ese es tu caso, puedes tratar de hacerte una mesa a medida. Quizás sea suficiente con una balda volada anclada en la pared; o con patas si está debajo de la ventana.
Algunas firmas cuentan con muebles ya preparados para anclar en la pared que se abren y aparece —a veces parece casi mágico— una zona de escritorio. Si cuentas con un portátil, la idea es perfecta. Pero si necesitas un ordenador de mesa, has de pensar en otra opción.
Aunque lo más adecuado es que coloques la mesa bajo una ventana para que entre luz natural (sin duda, la mejor para trabajar), también puedes ponerlo a la espalda del sofá. A modo de mueble que limita la zona de estar con la zona de comedor. Claro que deberás tener siempre cada cosa en su sitio. De lo contrario no sólo tendrás desordenado el despacho. ¡También el salón y el comedor!
Otra posibilidad a tener en cuenta es colocar el despacho en el recibidor. Son zonas de paso que no suelen estar muy cargadas de muebles y, a menudo, son inesperadamente grandes. Si te decides a ello, puede ser una buena idea que te hagas con un escritorio con ruedas. Para meterlo en el salón o una habitación cercana los fines de semana o por las noches.
Por supuesto, puedes encontrarle un hueco a la mesa de despacho en el dormitorio. Pero es la última opción que te recomendamos porque es aconsejable separar la zona de descanso de la de trabajo. Te cundirá más el segundo y conseguirás tener noches más tranquilas.
En cuanto a la silla, la elección es casi más importante que el espacio o la mesa de escritorio. Recuerda que vas a pasar mucho tiempo sentada en ella, así que no escamotees esfuerzo a la hora de buscar; ni dinero a la hora de pagar. Siempre ha de ser de ruedas, con apoyabrazos y, si es posible, ergonómica. Que tu espalda no se resienta.
No te olvides de la iluminación. Incluso si tienes luz natural, los días oscuros, las tardes y las noches necesitarás una buena lámpara. Por supuesto, siempre de mesa. A nosotros nos gustan mucho los flexos porque con un solo movimiento consigues que iluminen exactamente lo que necesitas: el teclado, la pantalla o unos papeles. No tienes por qué elegir uno clásico. Las firmas de iluminación los tienen en versión contemporanea, de diseño.
Y un consejo fundamental: Aunque es importante que te guste tu lugar de trabajo, que sea bonito y decorativo, siempre ha de primar lo funcional. Tiene que ser cómodo y muy práctico.
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Hasta ahí suena perfecto. Pero a partir de ese momento empiezan las desventajas. Porque tienes que encontrar un hueco donde instalar una mesa escritorio, una silla y, probablemente, algunos libros, papeles, revistas… Lo perfecto es que cuentes con una habitación para ti sola. Pero no nos engañemos. Es una situación tan idílica como poco habitual.
Así que deberás encontrar un rincón muerto en algún lugar de la casa. Por ejemplo, el salón. Quizás tengas un hueco entre dos columnas difícil de aprovechar. Si ese es tu caso, puedes tratar de hacerte una mesa a medida. Quizás sea suficiente con una balda volada anclada en la pared; o con patas si está debajo de la ventana.
Algunas firmas cuentan con muebles ya preparados para anclar en la pared que se abren y aparece —a veces parece casi mágico— una zona de escritorio. Si cuentas con un portátil, la idea es perfecta. Pero si necesitas un ordenador de mesa, has de pensar en otra opción.
Aunque lo más adecuado es que coloques la mesa bajo una ventana para que entre luz natural (sin duda, la mejor para trabajar), también puedes ponerlo a la espalda del sofá. A modo de mueble que limita la zona de estar con la zona de comedor. Claro que deberás tener siempre cada cosa en su sitio. De lo contrario no sólo tendrás desordenado el despacho. ¡También el salón y el comedor!
Otra posibilidad a tener en cuenta es colocar el despacho en el recibidor. Son zonas de paso que no suelen estar muy cargadas de muebles y, a menudo, son inesperadamente grandes. Si te decides a ello, puede ser una buena idea que te hagas con un escritorio con ruedas. Para meterlo en el salón o una habitación cercana los fines de semana o por las noches.
Por supuesto, puedes encontrarle un hueco a la mesa de despacho en el dormitorio. Pero es la última opción que te recomendamos porque es aconsejable separar la zona de descanso de la de trabajo. Te cundirá más el segundo y conseguirás tener noches más tranquilas.
En cuanto a la silla, la elección es casi más importante que el espacio o la mesa de escritorio. Recuerda que vas a pasar mucho tiempo sentada en ella, así que no escamotees esfuerzo a la hora de buscar; ni dinero a la hora de pagar. Siempre ha de ser de ruedas, con apoyabrazos y, si es posible, ergonómica. Que tu espalda no se resienta.
No te olvides de la iluminación. Incluso si tienes luz natural, los días oscuros, las tardes y las noches necesitarás una buena lámpara. Por supuesto, siempre de mesa. A nosotros nos gustan mucho los flexos porque con un solo movimiento consigues que iluminen exactamente lo que necesitas: el teclado, la pantalla o unos papeles. No tienes por qué elegir uno clásico. Las firmas de iluminación los tienen en versión contemporanea, de diseño.
Y un consejo fundamental: Aunque es importante que te guste tu lugar de trabajo, que sea bonito y decorativo, siempre ha de primar lo funcional. Tiene que ser cómodo y muy práctico.